Con ese dinerito…

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Hábito de ahorrar

Estar preparada para esos imprevistos que siempre se presentan.

Cuando nos dicen ahorro muchas podríamos pensar “mmm, suena bien, pero no me alcanza, si apenas puedo salir con lo que gano”, otras dirán “para qué, o eso no es para mí, o cuando gane más dinero, o cuando me vaya mejor”. Total que la lista de pretextos puede ser enorme. Pero la realidad es que debería ser un hábito y más cuando la palabra crisis la escuchamos más seguido de lo que nos gustaría.

Puede ser que veamos el ahorro como que nos limita en el aquí y el ahora, que por ahorrar no podemos comprar unos zapatos o una bolsa, o pagar algún entretenimiento, pero debemos considerarlo como algo que a futuro nos evitará estrés y preocupaciones.

Una vez que nos hemos convencido de iniciar con este hábito se necesitará más que la buena intención para lograrlo, necesitaremos adquirir el compromiso personal y tener la disciplina necesaria para lograrlo.

¿ Y para qué ahorro?

Platicamos con Joan Lanzagorta, especialista en finanzas personales y nos comenta: “Es recomendable que haya una meta, no necesariamente tiene que ser muy elaborada, cada quien según su situación personal (amas de casa, profesionistas) decidirá la meta para la que quiera ahorra”. El establecer un objetivo le dará más sentido a la iniciativa de ahorrar.

Si recibimos un sueldo la clave está en lo siguiente: Lo primero que debemos hacer cuando recibimos el pago de nuestra quincena, semana o mes es “ahorrar antes de gastarlo, es lo que llaman pagarse a uno mismo. Así como pagamos luz, agua, despensa, y demás, de la misma forma debemos apartar algo para el ahorro, es más hasta podemos hacernos un cheque a nosotros mismos y enviarlo”, comenta el especialista.

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El gran error es querer ahorrar lo que nos sobra, ahí es donde está la falla, porque pocas veces nos sobra y cuando sucede pensamos en gastarlo y no en ahorrarlo, hemos invertido la fórmula.

Si somos amas de casa, Joan Lanzagorta recomienda esta sencilla técnica, podemos tener una alcancía o un botecito donde guardar algunos cambios, pero para hacerlo más fácil y accesible podemos decidir guardar sólo las monedas de cinco o diez pesos; o hasta jugar un poco, esta semana serán las de dos pesos, la siguiente las de 5 pesos y así, la idea es no sentirlo como una carga.

Si somos constantes con esta técnica en unos meses se verán los resultados, “puede ser que no sea tanto, pero te puedes sorprender porque a veces logras reunir una cantidad mayor de lo que esperabas y la satisfacción que se siente por haberlo conseguido es muy grande” afirma Lanzagorta.

Otra sugerencia que nos hace Lanzagorta es buscar el ahorro en precios, “esta parte de comparar precios sí es importante, ir a lugares donde nos ofrecen mejor precio, por ejemplo, si vamos a una tienda del ISSSTE en donde podemos tener un ahorro en la compra del súper”.

Respecto al tema de las baratas tan sugestivas y difíciles de resistir, nuestro especialista nos comenta que sí podemos aprovecharlas, pero igual que con el súper, apegarnos a una lista porque lo que sucede es lo siguiente: Como vemos las cosas baratas compramos más de lo que deberíamos. Salimos de la tienda con dos pares de zapatos, dos pantalones, una bolsa, cuatro blusas, etc, y así gastamos más de lo que teníamos planeado o deberíamos haber gastado. Entonces, sí a las baratas, pero con un presupuesto.

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¡Pero si es a meses sin intereses!

Respecto a este tema, hace referencia a lo siguiente, si es la única opción que tienes para comprar un bien, pues adelante. Pero su recomendación es que mejor ahorremos para evitarnos tener esa carga, “lo que sucede con los meses sin intereses es que no vemos que dentro de los siguientes 12 o 6 meses tendremos 800 pesos menos, por decir una cantidad”.

Y lo que nunca debe faltar

Es ahorrar para el retiro. Esa debería ser nuestra más importante de ahorro, sin importar a que nos dedicamos, y es en la que menos pensamos. Es una meta a largo plazo, pero debe ser la más importante de todas, no debemos olvidar que el promedio de vida ha aumentado, así que es muy probable que vivamos de 10 a 20 años sin trabajar, la edad de jubilación es a los 65 y la esperanza de vida promedio en nuestro país es de 80 años. Si ahorramos para el retiro desde que iniciamos nuestra vida laboral la cantidad que debemos ahorrar es menor que si iniciamos a los 40 años, pues ya vamos tarde en la carrera.

¿Qué hago con ese ahorro?

Una vez que hemos ahorrado una cantidad hay muchas opciones de qué hacer con ese dinerito, se puede abrir una cuenta de inversión y ese es todo un tema, lo que Joan Lanzagorta nos comenta es que examinemos bien las opciones que hay en el mercado, algunas cuentas dan un rendimiento mayor pero el riesgo también es elevado.
Esa elección dependerá de varios factores. Si buscamos depositar nuestro dinero en una cuenta de inversión sería interesante elegir aquella en la que los retiros sean esporádicos y así evitamos la tentación de gastar el dinero. Esta es una excelente opción cuando nuestra meta es a largo plazo, como la vejez o simplemente no queremos hacer uso de ese dinero y asegurarnos que estará resguardado.

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Otra opción mucho más sencilla puede ser pedirle a alguien de mucha confianza, un familiar cercano, que sea el guardián de ese dinero. Esto aplica cuando no somos muy disciplinadas y es mejor evitar la tentación de tener el dinero en nuestra casa.

Así que:

Planes a la obra, pensemos cómo podemos ahorrar. Si haces una revisión detallada de tus gastos verás que hay cositas que se pueden evitar como el cafecito de la mañana, el lunch o galletita del mediodía o hasta el viaje en taxi. No se trata de hacer sacrificios simplemente evitar gastos innecesarios.

Como nos dice Lanzagorta siempre hay alguna cantidad de dinero que se pueda ahorrar. El punto es convencernos de iniciar con el hábito y llevarlo a cabo. Ser disciplinados y dejar de encontrar pretextos para no hacerlo.

“Cuando gane mejor, cuando termine de pagar tal cosa”, basta de excusas.

Joan Lanzagorta
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