Un estudio reciente de la Escuela de Medicina Johns Hopkins encontró la relación entre el enojo y los infartos al corazón.
Los hallazgos del estudio demuestran que los estudiantes que se enojaban rápidamente en condiciones de estrés eran 3 veces más propensos a desarrollar enfermedades cardiacas y 5 veces de padecer un ataque cardiaco a temprana edad.
El estudio estuvo a cargo de Jerry Kiffer director del Centro de Pruebas Psicológicas de la Clínica Cleveland, en Ohio. El estudio duró 36 años, en él participaron 1, 337 estudiantes de medicina de sexo masculino.
Los estudiantes (participantes del estudio) eran remitidos a Jerry Kiffer, cuando sus niveles de enojo eran observados por otras personas (médico o cónyuge), o los mismos pacientes reconocían que su ira o nivel de estrés estaba por encima de los límites.
“Los hombres son más propensos a actuar enojados cuando están estresados, debido a factores culturales y su tendencia de querer fijar cambiar las circunstancias. Desafortunadamente, muchos hombres no reconocen la relación entre el estrés y el enojo hasta que un ataque al corazón les llama la atención” comenta Kiffer.
Los hallazgos del estudio respondieron a la pregunta: ¿Cómo puede un enojo impactar al corazón?
«Cuando estás enojado el cuerpo reacciona como si se encontrara amenazado y tiene la necesidad de defenderse, pero no puedes salir y atacar a alguien cada vez que te enojas, es como un golpe de adrenalina que no tiene por donde salir, como si estuvieras en un alto, la luz en rojo con un pie en el acelerador y el otro en el freno, las llantas empiezan a dar de vueltas sin poder avanzar. Lo mismo sucede en tu organismo cuando te enojas no tienes una forma de encausar ese enojo ,pero en este caso es tu sistema nervioso el que se ve afectado” afirma Kiffer.
Al estar enojado el cuerpo libera colesterol y una gran variedad de sustancias químicas llamadas catecolaminas, estas sustancias aceleran el desarrollo de depósitos de grasa en el corazón y arterias carótidas.
“El enojo, es un factor de riesgo de la misma magnitud que el tabaquismo, la obesidad y la falta de ejercicio para todos aquellos que tienen antecedentes de enfermedades cardiacas en la familia“.