La obesidad, un riesgo también para el oído

En los últimos años se ha encontrado una relación entre la pérdida del oído y la obesidad.

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La obesidad se ha convertido en una de las principales amenazas para el sector salud en México, no sólo por los altos índices que presenta la población, sino por las enfermedades que de ella emanan.

Según el informe “La obesidad y la economía de la prevención”, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el segundo lugar mundial en obesidad en adultos con un 30% de la población que la padece; mientras que 70% tiene sobrepeso. El informe, también refiere que nuestro país se ha posicionado en el primer lugar mundial en obesidad infantil.

Como consecuencia, la población se encuentra altamente vulnerable a las complicaciones derivadas del aumento significativo de peso, como es el padecer diabetes, enfermedad que predispone y acelera la pérdida de audición que se sufre con la edad.

Dice el doctor Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología que en los últimos años se ha encontrado una correlación entre la pérdida auditiva y la obesidad, lo que implica un riesgo en la audición de los adolescentes que padecieron obesidad en su infancia, es decir, cuando éstos lleguen a la edad adulta, incrementarán sus problemas auditivos y demás enfermedades relacionadas con la obesidad.

Explica que las consecuencias del binomio obesidad-audición, es una hipoacusia neurosensorial que afecta a las células ciliadas del oído interno, encargadas de convertir las ondas sonoras en impulsos nerviosos. En la mayoría de los casos, el paciente comenzará a notar un zumbido en sus oídos y aunque podrá escuchar una plática, tendrá dificultades para comprender una conversación en lugares ruidosos, además de verse en la necesidad de incrementar el volumen acostumbrado de sus dispositivos electrónicos.

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Sin embargo, agrega, los pacientes no perciben una sensación clara de no escuchar hasta que el daño ya ha progresado, por ello es recomendable practicar una audiometría anual en los niños con obesidad.

Comenta que una audiometría es un examen sencillo que permitirá cifrar las alteraciones de la audición en relación con los estímulos acústicos y que si se practica mínimo una vez al año, asegura un control de la salud auditiva, pero enfatiza la importancia de acudir a un médico especialista (Otorrinolaringólogo o de preferencia Otólogo) para ser correctamente atendidos y diagnosticados. Alerta que el diagnóstico tardío y la automedicación tienen ‘terribles’ consecuencias.

Los tratamientos para este padecimiento relacionado con la obesidad son preventivos, ya que una vez que se daña el oído no hay forma de restaurar su función. Cuando el grado de pérdida lo requiere, los auxiliares auditivos ayudan, pero no restablecen la audición normal”, puntualiza el experto.

 

Imagen cortesía de Photographee.eu | Katarzyna Białasiewicz



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Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

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