Una de las etapas más esperada por muchas mujeres es el embarazo, aunque lleva consigo muchos cuidados y también riesgos. Uno de ellos es la presencia de diabetes (alta concentración de azúcar en la sangre) que se diagnostica durante esta etapa, pero que toma relevancia debido a que puede ser un marcador temprano para identificar a las mujeres con mayor riesgo de hígado graso no alcohólico en edad temprana.
David Montalvo Castro, Presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, AC comenta que el hígado graso agudo del embarazo o hígado graso gestacional, es una complicación infrecuente, pero potencialmente mortal, que puede ocurrir durante el tercer trimestre del embarazo.Indica que esta patología se produce generalmente durante el tercer trimestre de la gestación. La enfermedad siempre está presente antes del parto, aunque no siempre se diagnostica hasta después de que este ocurra: “Recordemos que en México esta enfermedad no ha sido lo suficientemente investigada en cuanto a la frecuencia de su aparición, por lo que no hay estadísticas confiables, aunque su crecimiento será innegable, sobretodo porque las mujeres son más propensas a padecer sobrepeso, obesidad y diabetes. A nivel nacional, las mujeres tienen una mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad, de 73 %, en comparación con los hombres, con 69%”.
Comenta, que las investigaciones asocian a esta enfermedad con uno de los defectos hereditarios en la beta-oxidación mitocondrial de los ácidos grasos, la deficiencia de cadena larga 3-hidroxiacil CoA deshidrogenasa (LCHAD), y esto sugiere que en algunas mujeres afectadas y sus fetos podría haber una deficiencia enzimática hereditaria en la beta-oxidación que predispondría a la madre a este trastorno, esto quiere decir, en términos prácticos, que la herencia juega un papel importante en la aparición de esta patología.
El diagnóstico de hígado graso agudo del embarazo es generalmente clínico, estando basado fundamentalmente en la forma de presentación, las pruebas de laboratorio y las pruebas de imagen.
“Investigaciones revelan que el diagnóstico prematuro y la finalización inmediata de la gestación han mejorado el pronóstico de esta patología, y hoy en día la mortalidad materna es la excepción y no la regla, pudiendo conseguirse en la mayoría de los casos una completa recuperación de la paciente”.
No existe un tratamiento médico específico para el hígado graso agudo del embarazo. De hecho, el tratamiento principal es la finalización inmediata de la gestación, por lo general de forma urgente, una vez conseguida la estabilización materna.
Debido a que esta entidad patológica se relaciona con una acumulación de grasa en el hígado y que suele afectar a mujeres jóvenes y obesas, la mejor recomendación para su prevención es evitar que la mujer embarazada se obesifique y que la mujer obesa se embarace.
La alimentación adecuada de la mujer que planea embarazarse y la de la mujer embarazada, es un factor que juega a favor de la salud del binomio madre-producto, y del buen término del embarazo.
La más poderosa de las medicinas es la preventiva, por lo que se recomienda recurrir a la atención del Médico Bariatra de su confianza, de ser posible desde antes de embarazarse para reducir al mínimo la posibilidad de presentar éste y otros problemas de salud en esta importante etapa de la vida.