En México, dentro del marco las actividades conmemorativas del Día Mundial del Asma 2014, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cossío Villegas”, organizó este 7 de mayo del 2014 el Simposio: Tú puedes
Controlar Tu Asma, en el Auditorio Fernando Rébora Gutiérrez.
El objetivo de este encuentro académico es que tanto los médicos como la población en general conozca mejor sobre esta enfermedad, ya que sin duda hay personas padeciendo este problema que aún no han sido diagnosticados
adecuadamente y por lo tanto el tratamiento no ha sido el adecuado.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que entre el 5 y 10% de la población padece asma.
Los pacientes asmáticos tienen sus bronquios extremadamente sensibles y reaccionan a ciertas “provocaciones” del medio ambiente ocasionando que los conductos de aire se estrechen por inflamación, por exceso de flema y por
espasmo de los músculos que rodean a los bronquios.
La gravedad del asma varía enormemente de persona a persona. Sus síntomas pueden ser muy leves, moderados y graves, llegando a poner en peligro la vida. Los síntomas pueden presentarse ocasionalmente en algunas personas y en otras ser persistentes. Pueden ser tan leves que un buen número de asmáticos no han sido diagnosticados adecuadamente. Los síntomas del asma son una de las causas principales del tiempo perdido de la escuela o del trabajo y de alteraciones del sueño.
Un ataque de asma puede ser desatado por una gran variedad de agentes, entre ellos: Alérgenos, que son sustancias a las que algunas personas son alérgicas, tales como el polen, algunos alimentos, el polvo casero, moho, plumas o la caspa animal (pequeñas escamas de animales con pelo o plumas).
También influyen los Irritantes en el aire como, el polvo, humo de tabaco, gases y olores; las infecciones de vías respiratorias como la gripe, los resfríos, irritación de la garganta, bronquitis.
Otros factores que contribuyen a padecer crisis de asma son el estrés emocional, como el miedo excesivo o la excitación o angustia, y el aire muy frio, tiempo ventoso o los cambios bruscos de temperatura.
Para diagnosticar el asma y distinguirla de otras enfermedades pulmonares, es necesario realizar una historia clínica, un examen físico exhaustivo y ciertas pruebas de laboratorio. Estas pruebas incluyen: una espirometría, que es un
estudio que se realiza con un aparato que mide la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones; y una radiografía de los pulmones.
Dentro de este evento, se realizó un reconocimiento a la doctora Rocío Chapela Mendoza, Jefa de la Clínica de Asma del INER, por su destacada trayectoria en la atención de esta Enfermedad en México y Latinoamérica.