Ante la viralización en redes sociales de supuestas curas para el COVID-19 y las compras de pánico que han agotado en México el medicamento plaquenil, que se usa para el tratamiento de la malaria, médicos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hacen un llamado a no auto-medicarse.
La doctora Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM explicó: “está circulando por WhatsApp un estudio que hicieron con 6 pacientes y ya ha habido muchos reportes de personas que usan azitromicina con hidroxicloroquina y llegan con paro o con arritmias o problemas cardíacos importantes. No se auto-mediquen”.
Por su parte, el doctor Gustavo Oláiz Fernández, Coordinador del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud, (CIPPS), de la Facultad de Medicina de la UNAM, hizo énfasis en la importancia de que la población no use esos fármacos sin prescripción de un especialista, pues son medicamentos de uso delicado que pueden tener efectos secundarios graves.
La automedicación puede resultar en que el remedio sea peor que la enfermedad, recalcó el doctor Oláiz, e ironizó respecto al origen de esta “fiebre” generada a nivel mundial por estos medicamentos: “seamos muy cuidadosos, en no seguir este tipo de corrientes, aunque lo haya dicho el doctor Trump”.
Recordemos que hace unos días el presidente de los Estados Unidos habló en una conferencia de prensa del uso de la hidroxicloroquina y en su cuenta de Twitter la mencionó junto con la azitromicina, como la gran posible solución para esta pandemia.
Actualmente existe mucha información sobre estos temas circulando en las redes sociales, y la gente ya está haciendo compras de pánico de plaquenil, la presentación comercial de la hidroxicloroquina (1).
Respecto a las posibilidades reales de esos medicamentos para el tratamiento del COVID-19, el doctor Oláiz dio a conocer que científicos de la UNAM realizan investigaciones con cloroquinas y la hidroxicloroquina, que actualmente tienen otros usos:
“Veremos ver la posibilidad trabajar con algunos medicamentos que han mostrados algún tipo de esperanza en contra del virus”.
Sobre el papel de la UNAM para enfrentar la crisis de salud que vivimos, Oláiz Fernández comentó que la Facultad de Medicina está iniciando un proyecto para identificar los patrones de distribución que tiene el COVID-19 en la población mexicana. En una primera etapa, se hará con la comunidad de la Facultad, pero eventualmente se podrá extender a una población más amplia:
“Si nuestro primer ejercicio resulta ser exitoso, y estoy seguro que lo va a ser, vamos a hacer una invitación a todos los que nos escuchan, a que empiecen a ayudarnos a hacer este seguimiento, para saber cómo se está transmitiendo en México. Aunque lo está haciendo la Secretaría de Salud y las áreas de epidemiología, tenemos que ayudarles, no es suficiente. No pueden solos. Necesitamos que la sociedad participe”, concluyó el doctor Oláiz.
Los doctores Gustavo Oláiz y Rosa María Wong, participaron este 26 de marzo en una transmisión en Facebook Live, junto con la doctora Ingrid Vargas, coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM. La sesión fue convocada por dicha Facultad, para responder dudas de los usuarios sobre el COVID-19.
¿Qué son las cloroquinas, la hidroxicloroquina y la azitromicina?
Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la azitromicina es un antibiótico usado para tratar diversas infecciones respiratorias y otras como la enfermedad inflamatoria de la pelvis. Se utiliza particularmente en infecciones oportunistas que se presentan cuando el sistema inmunológico se encuentra comprometido, como es el caso de cierto tipo de neumonías. (2)
En el caso de la hidroxicloroquina, se señala que es un medicamento que se usa para tratar la malaria, el lupus y la artritis reumatoide. El sitio Info Sida, del citado departamento de Salud, indica también que se están haciendo investigaciones con este fármaco para su utilización en el control de la carga viral de pacientes con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). (3)
La cloroquina es un producto aprobado en el tratamiento de la malaria y de ciertas infecciones por amibas. Este fármaco también está siendo estudiado por su efecto antiviral y como “inmunomodulador, que son sustancias que ayudan a activar, reforzar o restaurar la función inmunitaria normal”. (4)