Yo siempre he creído que más que coincidencias, nuestra vida está llena de diosidencias. Lo que nos ocurre a los seres humanos, es que cuando estamos sumergidos en la desesperanza no nos damos cuenta de los milagros que pasan ante nuestros ojos todos los días: como nuestra capacidad de soñar, de amar, de dar, de recibir, de disfrutar, de sentir felicidad, de tener fe…etc. a todo lo que nos ocurre queremos encontrarle una explicación lógica, incluso científica, pero la vida no es tan compleja, los complejos somos nosotros.

Qué difícil es dejar de ser racional, porque siempre nos han enseñado que todo tiene un método, un sistema, todo lo que nos cuestionamos tiene que tener una respuesta y esa respuesta otra respuesta, constantemente tenemos tantas preguntas sin respuesta, que nos agobiamos al punto de estresarnos y sentir que no tenemos el control de nuestra vida.

Vive lo mejor que puedas y deja vivir a los demás lo mejor que puedan, después de todo, más allá de cualquier respuestas lo que realmente somos no tiene explicación.

¿Cómo se explican los sentimientos? ¿Cómo se explica la conexión entre personas que se acaban de conocer y no se dejan nunca? ¿Cómo ser explica la fe? ¿Cómo se explica la felicidad? Creo sinceramente que en cuestión de palabras se pueden escribir libros y más libros, siempre habrá algo nuevo, porque todos somos diferentes y no hay límite en nuestro interior para sentir, imaginar y crear.

Hay personas que se desesperan por no comprender con exactitud lo que les ocurre, muchas veces los momentos más preciados se dan por pausas o de manera parcial, es como si la vida nos pusiera a prueba, para saborear las cosas verdaderamente importantes cuando se complementen con nuestro agradecimiento y aprendizaje, de no ser así tal vez tenga que haber una pausa o volver a iniciar un proceso hasta que estemos en condiciones de comprenderlo.

Desde mi punto de vista hay dos aspectos en nuestra vida que no tienen explicación: uno como lo mencione lo referente a los milagros que vemos o a los sentimientos y otra en planteamientos sin sentido, donde en muchas ocasiones le damos vuelta a las mismas ideas porque perdemos el control de nuestros pensamientos, provocándonos incluso por estrés emocional dolores de cabeza sin resolver nada.

Una pregunta que considero importante que nos cuestionemos es: ¿Si el tiempo es oro y no regresa y además no vamos a encontrar una explicación lógica a lo que nos ocurre, porque pretendemos que postergar los momentos que podemos intentar ser felices va a ser una buena decisión? La vida no tiene garantía, las cosas resultan o no, pero hay que intentar constantemente no perder el entusiasmo, porque sino las oportunidades pueden caducar y esto seguramente duele más que darnos cuenta que nos equivocamos, si no lo hacemos el «hubiera» termina estando de más.

Cuando nuestro cuerpo es contaminado, por : la soberbia, el orgullo mal entendido, el resentimiento, la venganza, el odio, la negatividad, el rencor, la envidia…etc . No encontramos motivaciones suficientes para convivir con los demás o bien eso provoca que los demás se alejen, detrás de esta situación, la razón es simple: “Buscamos explicación donde no la hay» Lo digo porque mientras más estemos contaminados por estos sentimientos negativos, menos claridad y objetividad tenemos, por lo tanto nuestros planteamientos no están sustentados en la realidad y tenemos más necesidad de buscar y encontrar explicaciones, las cuales al final tristemente no van a llegar.

Creo con toda honestidad que cuando nuestra pretensión es buscar una explicación donde no la hay, estamos perdiéndonos de disfrutar lo que si tiene sentido y donde si hay respuestas para crecer, aprender y crear, en conclusión: solo hay que buscar explicación a lo que sí la tiene, con este solo hecho ganamos seguridad y fortaleza.

Recuerda: No todo tiene explicación, lo verdaderamente bello está en tu interior.