Qué difícil es entender, que a pesar de que los seres humanos somos tan complejos, mantenemos ciertos aspectos que son comunes y que son los que nos permiten identificarnos unos con otros. Ésto lo menciono, porque en el proceso de selección natural que cada persona hace, hay personas que forman parte de nuestra vida y otras que pasan de largo por diferentes causas, esto no es contra alguien en específico, sino que tiene que ver con nuestro crecimiento y aprendizaje. Sin embargo, muchas personas interpretan esta situación de manera equivocada, piensan que hay algo mal en ellos provocándose un sentimiento de dolor al sentirse rechazados. Esto ocurre principalmente cuando hacen todo lo posible para que «alguien» en particular los acepte.
En mi experiencia he observado, que algunos de los problemas a los que nos enfrentamos cuando queremos a toda costa ser aceptados son los siguientes:- Al elegir específicamente a quien “agradarle”, nuestro objetivo es “quedar bien ante sus ojos“ esto implica que nos ajustemos a sus gustos e intereses, el resultado lógico es que al actuar de manera diferente a como lo haríamos estamos fingiendo ser lo que no somos ¿Cuánto tiempo tardaremos en que se descubra la realidad? y lo más importante ¿estamos logrando una comunicación real y sincera con la persona a la que queremos agradar?
- Ante la dificultad de reconocer que no podemos conquistar el afecto de personas que queremos tener cerca, nos olvidamos que hay personas que han querido estar cerca de nosotros y tampoco lo han conseguido, no necesariamente porque las consideremos personas indeseables, simplemente no coincidimos con ellas, en otras palabras, no sentimos una verdadera conexión para estrechar una amistad.
- Pensamos que para ser aceptados tenemos que corregir ciertos aspectos de nuestro comportamiento y así entraremos al grupo social especifico al que nos interesa pertenecer.
- Perdemos naturalidad al expresarnos, porque al sentirnos estresados todo el tiempo, contrario a lo que pretendemos, damos la impresión de ser personas inseguras y poco confiables.
- Caemos en los halagos excesivos.
- Perdemos el sentido de servicio y somos serviles.
- Insistimos en participar en reuniones o eventos, a pesar de constantemente tener la sensación de estar fuera de lugar.
- Algunos casos extremos, se inventan títulos, historias extraordinarias o dramáticas y parentelas, porque sienten que por ellos mismos no van a ser aceptados.
Estos ejemplos, son solo algunos por los que atravesamos cuando nos sentimos rechazados, la realidad es que éste sentimiento es muy doloroso e innecesario ya que a veces la persona por la que nos sentimos rechazados, ni siquiera esta enterada de lo que nos ocurre.
¿Te ha ocurrido alguna vez que alguien se acerca a ti con mucho gusto de encontrarte y te abraza con efusividad y no sabes quién es, a pesar de que te comenta donde te conoció?.
Esto ocurre, porque en el momento que ésta persona estuvo presente en nuestra vida no lo tomamos en cuenta, no lo registramos como alguien significativo, por ese motivo no podemos recordarlo en otras palabras no podemos recordar lo que no registramos y esto no tiene nada que ver con el rechazo.
Recordemos, así como nosotros seleccionamos de manera natural constantemente a personas con las que queremos convivir y desplazamos a las que sólo van a pasar de largo en nuestra vida, así lo hacen también los demás, sólo que a veces nos toca estar en una posición y a veces en la otra. Disfrutemos de la convivencia con la gente que nos hace sentir bien, en un ambiente sano, donde nuestra estima no se vea afectada, la vida es hermosa no podemos sentirnos infelices, porque no encajamos en la vida de alguien en particular porque tal vez en ese intento descuidemos la convivencia con las personas para las que somos importantes y que verdaderamente nos aman.