Si bien la natación es refrescante, divertida y un buen ejercicio, es interesante saber que las albercas contienen muchos microbios que pueden enfermar a los niños. Con la llegada del calor y humedad de esta época del año, no cabe duda que una alberca resulta una opción muy atractiva para los niños. Los expertos pediátricos advierten que muchos nadadores podrían no saber sobre la existencia de enfermedades relacionadas con las albercas que están llenas de microbios.
“Una alberca es básicamente una tina comunitaria en donde nadie utiliza champú”, comenta el Dr. Thomas Boyce, especialista en enfermedades infecciosas infantiles del Centro Pediátrico de Mayo Clinic. “Los niños también pueden contraer enfermedades en las piscinas adecuadamente tratadas con cloro porque éste no elimina los microbios de manera instantánea y, en realidad, no erradica para nada al criptosporidio que es el microbio común que causa las enfermedades gastrointestinales relacionadas con el agua”, especifica.
Los brotes de enfermedades debidas a la recreación en albercas llegan al máximo durante el verano. Muchas personas no saben que, por ejemplo, nadar cuando uno tiene diarrea pone a los otros nadadores en peligro de contraer alguna enfermedad.
A fin de evitar que los microbios ingresen al agua, el Dr. Boyce hace las siguientes recomendaciones:
1.-Llevar frecuentemente al baño a los niños menores de 7 años.
2.- Si tienen hijos pequeños cambiarles el pañal en el baño y no junto a la alberca.
3.-, Lavar los genitales de los niños pequeños con agua y jabón antes de meterlos a nadar.
La natación es una gran forma de mantener refrescados a los niños y de hacer ejercicio durante el verano, pero el Dr. Boyce advierte que aquellos menores que tragan agua mientras nadan corren el riesgo de presentar diarrea, meningitis viral y otras enfermedades. El médico añade que los padres pueden mantener a salvo a sus hijos si siguen las recomendaciones antes mencionadas.