Recientemente terminó el Guadalupe-Reyes y con tantos excesos de las fiestas decembrinas es necesario retomar los buenos hábitos.
En este periodo del año algunas personas dejaron de lado aquellas prácticas para mantenerse saludables, como: llevar una alimentación balanceada, hacer ejercicio de manera regular y evitar las bebidas azucaradas, para tener un peso óptimo.
Además, una de las constantes que se suma al alto consumo calórico es la baja ingesta de agua purificada, tan indispensable para prevenir la deshidratación, pues durante los festejos, es común que las bebidas por excelencia sean los refrescos o el alcohol.
La Secretaría de Salud federal estima que hasta en un 30 por ciento se incrementa el consumo de este tipo de líquidos, provocando que el cuerpo sufra de daños importantes al tubo digestivo y riñones, también puede provocar hepatitis alcohólica o pancreatitis y en casos más extremos, puede llegar a la muerte.
Karla Flores, especialista en nutrición, señaló que el problema se acentúa cuando durante más de tres días seguidos, se beben en promedio cuatro copas o cervezas en adelante.
La nutrióloga enfatizó que el cuerpo humano requiere una dosis diaria de agua aproximada de dos litros, siguiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para que el cuerpo y la mente funcionen correctamente.
No es de extrañarse que durante el invierno las funciones del organismo son más lentas y consume menos energía de lo habitual, aunado al nulo consumo de agua, lo que provoca un bajo rendimiento e incremento de la deshidratación.
La sensación de falta de calor, causada por las bajas temperaturas en el ambiente, nos hace pensar que no requerimos beber agua, sin embargo, al elevarse la temperatura corporal, es necesario reponer los líquidos perdidos.
El cuidado debe ser mayor cuando se trata de niños ya que estamos propiciando el alto consumo calórico con los postres y bebidas azucaradas, lo que incrementa la posibilidad del desarrollo de enfermedades como diabetes a temprana edad.
“También este regreso de vacaciones para los adultos se convierte en un reto, ya que se vuelve a la vida sedentaria de la oficina en donde existe un aumento de la carga laboral y con ello los ataques de ansiedad, que en ocasiones nos hace caer nuevamente en los malos hábitos alimenticios”, señaló la especialista.”
La doctora Flores, indica que una buena estrategia es tener no sólo en los espacios de trabajo, sino también en casa, sistemas de purificación de agua con los que se garantice agua de una excelente calidad para el consumo y tener todo el día disponible este líquido.
Recientemente se lazó al mercado bebbia un proveedor de este tipo de servicio que facilita el cambio de filtros o el mantenimiento de estos sistemas de purificación y de esta manera se evitará los pretextos de no consumir agua por la falta de conveniencia de los garrafones, ya que son pesados para cargar o porque la mayoría de las personas tienen que salir a buscarlo.
La especialista llamó a la ciudadanía a cuidar el consumo de bebidas endulzantes o refrescos durante esta temporada, buscar una rutina de ejercicio que mejor se acomode al estilo de vida de cada persona y mantenerse atentos a los principales indicios de deshidratación, como boca seca, saliva espesa, labios blancos o piel reseca.
Además, recordó que la falta de agua en el cuerpo puede causar mareo, cansancio, dolor de cabeza, pérdida de concentración y memoria, calambres o estreñimiento.
“Si queremos seguir dándonos nuestros ‘gustitos’ durante todo el año es mejor comenzar a trabajar en una dieta saludable y moderarse en todo tipo de celebraciones”, concluyó.