Vértigo, síntoma de enfermedad
Desde el punto de la medicina, el vértigo es un subtipo específico de mareo, caracterizado por una sensación anormal de movimientos, que se presenta como una impresión de rotación y/o de ebriedad y manifestaciones complementarias, además de también causar signos neurovegetativos tales como náuseas, vómitos y sudores fríos.
Aunque a menudo se percibe como un trastorno físico suave con baja morbilidad, el impacto psicológico del vértigo puede llevar a un cambio sustancial en el estilo de vida y en el comportamiento de la persona afectada y se asocia a eventos físicos y psicológicos significativos: falta de confianza, disminución de la autoestima, sentimientos de vulnerabilidad y miedo a las caídas.
Dado que la etiología – origen- de este padecimiento es diversa, resulta imprescindible la evaluación del paciente para la identificación del diagnóstico subyacente y la instauración del manejo sintomatológico. La selección de la modalidad de tratamiento del vértigo depende en gran medida de la etiología del mareo e incluye en medicación, fisioterapia, psicoterapia o cirugía.
El vértigo y los mareos son considerados de manera frecuente como términos intercambiables aunque, desde el punto de vista médico, no representan lo mismo. “Mareo” es un término con diversos significados que incluyen sensaciones diferentes tales como vértigo, inestabilidad en la marcha, desmayo, desvanecimiento, desfallecimiento, sensación nauseosa, desazón, turbación mental, pesadez de cabeza, visión borrosa y cefalea, entre otros.
Desde lo estrictamente médico, este malestar es un subtipo de mareo caracterizado por una sensación anormal de movimiento, que se manifiesta por una impresión de que “todo gira a nuestro al rededor”. Más que una enfermedad, el vértigo es el síntoma cardinal de diferentes afecciones con etiología, que pueden surgir desde el interior del oído, del tronco encefálico o del cerebelo o ser de origen psíquico.
Se estima que alrededor del 30% de las personas padecen de vértigo postural o rotatorio en algún momento de su vida. A pesar de la importancia clínica del vértigo, muchos pacientes que exhiben este síntoma, reciben cuidados insuficientes o inapropiados debido al retraso en el diagnóstico correcto, en general, producto de la realización de numerosos exámenes técnicos innecesarios.
El primer paso en la identificación de la etiología es el diagnóstico diferencial entre vértigo periférico o central, que se distinguen en sus características clínicas, incluidos desequilibrio, síntomas vegetativos, manifestaciones auditivas y síntomas neurológicos.
El tratamiento a largo plazo depende de su tipo e incluye diferentes grupos farmacológicos. En la actualidad, entre los diferentes agentes anti-vértigo, betahistina tiene un papel importante en el tratamiento de los trastornos del equilibrio, producto de su relativa seguridad y la experiencia clínica acumulada.
Este padecimiento, cuando no se trata se asocia a una carga económica y psicológica sustancial y genera la necesidad de cambios en el estilo de vida y en el comportamiento del individuo. La experiencia clínica ha establecido que el diagnóstico certero del síndrome asociado al vértigo y el inicio del tratamiento adecuado con medicación anti-vértigo, en especial betahistina, aseguran un pronóstico favorable de la enfermedad en la mayoría de los pacientes con vértigo.
Datos sumamente relevantes que debes saber y tomar en cuenta en cuanto al vértigo:
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No es una enfermedad por sí misma, pero sí un síntoma alarmante al cual se le debe poner atención y por lo tanto debe ser examinado por un doctor.
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Puede manifestarse en más de 80 enfermedades.
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Es una de las quejas más comunes que reciben los profesionales de la salud; en promedio más de un paciente al día visita a su médico de cabecera por vértigo.
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Cada año 4.9% de personas presentan este malestar.
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30% de personas con 65 años o más y 50% de personas con 85 años o más sufren de vértigo.
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Es también un síntoma común de la enfermedad de Ménière – una enfermedad crónica debilitante, pero relativamente desconocida que afecta a casi 1 de cada 25,000 personas cada año alrededor del mundo.
Impacto Social y Económico del Vértigo
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Este padecimiento tiene un impacto negativo considerable en el bienestar diario de los pacientes, evitando que las personas continúen con su vida como estaban acostumbradas.
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Las personas que sufren de esta condición tienen que soportar la pérdida de equilibrio, que puede resultar en caídas, aturdimientos, mareos, náuseas, vómitos, sudoración, ansiedad, palpitaciones y movimientos rápidos en los ojos. Estos síntomas pueden ser tan severos, que los pacientes se ven forzados a permanecer en la obscuridad hasta que el ataque pase, lo que les impide hacer cualquier otra cosa.
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Además de los síntomas físicos provocados por el vértigo, la condición puede tener severos impactos psicológicos, incluyendo: pérdida de confianza, disminución de la autoestima y sensación de vulnerabilidad.
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El vértigo puede causar que los pacientes se ausenten del trabajo o dejen de trabajar por completo, lo que indica que la enfermedad representa indirectamente un costo considerable para la sociedad.
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Un diagnóstico realizado para obtener una visión general, su manejo e impacto en los pacientes, demostró que el 50% de los que padecen vértigo reportó algún tipo de discapacidad, 11% reportó que sus actividades diarias están restringidas, y otro 11% tuvo que cambiar su trabajo o dejar de trabajar por completo.
Referencias:
* Publicación informativa (Latest Review) Abbott: Diagnóstico precoz y tratamiento adecuado del vértigo. Programa de Educación Continua sobre Vértigo.
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