Todos queremos que nuestros hijos empiecen el año con renovados bríos, concentrados en las tareas académicas y con un muy alto rendimiento escolar y físico. Conoce los 5 alimentos que te ayudarán a lograrlo de una vez por todas.
Hoy te recomendamos cinco alimentos que, consumidos frecuentemente y como parte de una dieta correcta y un estilo de vida saludable y activo, pueden ayudar a tus hijos a empezar el año con una mejor concentración y un alto rendimiento.
1.- Pescados de agua fría, como salmón atún, trucha o sardina. Por su contenido de DHA, un ácido graso de la familia de los omega 3 que recubre las neuronas que constituyen nuestro cerebro y les brinda flexibilidad y capacidad de unión. El DHA ha demostrado, cada vez más, relacionarse con mejores rendimientos intelectuales y físicos y ayuda a mejorar procesos cognitivos como la memoria, la concentración y la capacidad de seguir instrucciones complejas.
De hecho, un nuevo estudio, conocido como DOLAB, y llevado a cabo con más de 350 niños de diferentes escuelas públicas de Inglaterra, ha mostrado mejoras significativas en las capacidades y calificaciones de lectura de los niños con más bajo rendimiento académico. Y, como obtener las concentraciones adecuadas de DHA en la dieta no es fácil y en nuestro país la ingestión habitual se estima en 30% de la recomendación, sugerimos también buscar alimentos fortificados con DHA, especialmente los que contienen DHA de alga, el más puro y más fácil de aprovechar para el cuerpo como Nutrioli DHA.
2.- Verduras de hoja verde,como espinaca, berro o acelga. Estas verduras son ricas en luteína, hierro y vitaminas del complejo B. El primero, el hierro, es esencial para la oxigenación de la sangre y los tejidos y facilita el trabajo intelectual, mientras que las vitaminas del complejo B son importantes en la formación de la vaina de mielina, el recubrimiento que protege a las células del sistema nervioso y permite la correcta transmisión de impulsos eléctricos.
3.- Semillas como nueces, cacahuates y almendras,como fuente de grasas sanas de la familia de los omegas; por contener un adecuado balance entre ácido linoleíco (omega 6) y ácido alfa linolénico (omega 3) que favorece la salud cardiovascular. Por su valor de saciedad y su bajo índice glicémico ayudan a mantener una dieta correcta y un peso saludable. Y, como son fuentes importantes de folato, un componente del complejo B, ayudan a recubrir los tejidos del sistema nervioso y facilitan sus conexiones.
4.- Arándanos, granada y otras frutas de color rojo intenso/morado; por su contenido de antioxidantes que no solo ayudan a prevenir enfermedades infecciosas de todo tipo y a protegernos de los agentes radicales libres del ambiente. Asimismo, según científicos en nutrición de la Universidad Tufts, contribuyen a combatir el estrés oxidativo y con ello, ayudan a proteger las funciones cognitivas y por lo tanto a la concentración, la memoria y otras habilidades cognitivas.
5.- Agua, esencial no sólo para las funciones básicas del cuerpo, sino para propiciar el correcto trabajo y funcionamiento del cerebro. Si uno tiene la mente confusa o siente cierta irritabilidad, es posible que tengas sed. La deshidratación puede hacernos sentir desganados y letárgicos y provocar problemas de concentración.
Recordemos que una correcta hidratación normalmente se cumple con el consumo de 2 litros de agua y otras bebidas a lo largo del día y que no debemos de esperar a tener sed para beber. La sed es ya síntoma de deshidratación, beber a lo largo del día hidrata mejor que consumir muchos líquidos al mismo tiempo.
Inlife´s DHA