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Es verdad que el azúcar se tiene que tratar con pincitas; es decir, debemos de ser conscientes de la forma en que la consumimos para que sea sólo en las porciones adecuadas y en las presentaciones más saludables.
“En cuanto al jugo lo que se recomienda es que se consuman 200 mililitros al día, el jugo de una fruta. Porque generalmente lo que se consume en un vaso es producto de dos o tres naranjas. El jugo no es lo que está mal, si no la cantidad que usamos en él”, explica Marybel Yáñez, nutrióloga de Sonrisa Natura.
“Debemos de terminar con el mito del jugo de fruta, sí es una bomba si te tomas un vaso de jugo con dos frutas, pero si nos educamos en la porción tendremos sólo los beneficios. Porque si nos excedemos en el consumo lo que nos va a generar es grasa y ansiedad”.
Está comprobado que el azúcar genera ansiedad, esto pasa a nivel neuroquímico en el cerebro. Lo que sucede es que al consumirla el cuerpo produce serotonina, una sustancia que nos hace sentir placer y que se genera de tres maneras: haciendo ejercicio, con el sexo y con el consumo de carbohidratos, principalmente azúcares.
“Entre más azúcar consumimos, más se va a generar ansiedad, ¿quién no quiere sentir ese placer? Sin embargo el azúcar es necesaria, porque nos da energía. Lo que debemos de aprender es de qué alimentos la estamos ingiriendo.
Si consumimos carbohidratos que tienen fibra o que tienen como el caso de la fruta, bagazo, vamos a levantar lentamente la glucosa y entonces no se provocará la sensación de ansiedad. Si me tomo tres naranjas me lo va a levantar rapidísimo, pero si me tomo una naranja me va a levantar más lentamente”, asegura Marybel Yáñez.
Los carbohidratos están divididos en dos: los simples y los complejos. Los simples son todos los que tienen azúcar o que están refinados: harina para panes, hot cakes, etc., y los complejos son los que tienen fibra, como la fruta.
El índice glicémico es una medición que nace en Australia y que nos indica cuánta glucosa en la sangre va a levantar ese carbohidrato. El pan blanco tiene un índice glicémico de 100, es el tope, las frutas están en un 20 a 40, lo cual es bajo.
“Los carbohidratos complejos con fibra tienen un bajo índice glicémico. La idea es consumir alimentos con bajo índice glicémico, porque si son de alto a las dos horas te va a dar hambre”, explica en exclusiva a las lectoras de Plenilunia.
Si me como una torta de tamal, que es de alto índice glicémico, a las dos horas voy a querer estar comiendo y eso me perjudica en mi dieta, genera diabetes además.
“Necesitamos aprender a manejar la glucosa en nuestro cuerpo. A los 6 meses, en los niños, hay que darles alimentos con bajo índice glicémico. No es que esté de moda la colación, pero hay que comer cada 2 o 3 horas, sobre todo alimentos saludables con bajo índice glicémico.
En los niños hay que poner especial atención porque en ellos demasiada azúcar les da demasiada energía. Ellos sólo necesitan una dosis de 5 gramos, que es una cucharadita cafetera. Lo mejor es pensar en proporcionarles frutas”, finaliza Marybel Yáñez.
El azúcar no es buena ni mala, sólo debemos aprender a consumirla de manera inteligente.