noviembre 26, 2024

Promoviendo desarrollo en bebes prematuros al enseñar a sus madres cómo interactuar más eficazmente con ellos

Bebé sonriendo en los brazos de una mujer agarrando un biberón
Plenilunia Salud Mujer
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Un estudio se dio a la tarea de enseñar a las madres de bebes prematuros a reconocer y responder a las señales sutiles de sus bebés cuando tenían hambre, para determinar si podrían desarrollaron más pronto el control muscular necesario para alimentarse exitosamente de un biberón.

Bebé sonriendo en los brazos de una mujer agarrando un biberón

[/media-credit] De acuerdo con todas las medidas registradas por los investigadores, los bebés en el grupo de la intervención ATVV superaron al grupo de control en su capacidad para realizar movimientos con la boca que son necesarios para alimentarse por su cuenta.


Una intervención para enseñar a las madres de los bebés prematuros cómo interactuar más eficazmente con ellos resulta en un mayor aumento de peso y mejor crecimiento de los bebés, según un estudio financiado en parte por los National Institutes of Health (NIH, Institutos Nacionales de Salud).

Un estudio subsiguiente demostró que los bebés que tuvieron el beneficio de un gran componente de esta intervención desarrollaron más pronto el control muscular necesario para alimentarse exitosamente de un biberón.

Los primeros resultados fueron publicados en línea en la revista profesional de perinatología Journal of Perinatology y el estudio subsiguiente se publicó en la revista sobre avances en el cuidado neonatal Advances in Neonatal Care.

En resumen, la intervención consistió en enseñar a las madres a reconocer y responder a las señales sutiles de que sus bebés prematuros tenían hambre, señales mucho menos pronunciadas que en los bebés nacidos a término. A las madres también se les enseñó a dar a sus bebés la adecuada estimulación social y física, como, por ejemplo, hablarles en tono suave y calmado y darles masajes delicados para estimular su desarrollo neurológico.

Los bebés que nacen antes de término a menudo no se han desarrollado lo suficiente como para alimentarse solos. Normalmente, el control muscular necesario para que los bebés se alimenten sin ayuda no se desarrolla completamente sino hasta las 34 semanas de embarazo. Los bebés que nacen antes de este tiempo por lo general se alimentan a través de una sonda nasogástrica, es decir, un tubo que pasa a través de la nariz y por la garganta hasta el estómago. Los autores del estudio desarrollaron la intervención para ayudar a las madres a estimular el estado de alerta de su bebé antes de alimentarlo para que esté en mejores condiciones para alimentarse por vía oral. La intervención también trató de fomentar las conductas sociales de los bebés, como el estar alerta y mirar a la madre, y el desarrollo neurológico, con la esperanza de compensar por al menos algunos de los retrasos en el desarrollo que a menudo se ven en los bebés prematuros.

«Los bebés prematuros que no logran aumentar suficiente peso corren un mayor riesgo de retrasos e incluso alteraciones en las habilidades cognitivas y motoras«, dijo Valerie Maholmes, Ph.D., Directora de Trauma Pediátrico en la Subdivisión de Enfermedades Críticas del National Institute of Child Health and Human Development (NICHD, por sus siglas en inglés Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver), parte de los NIH, el instituto que financió la investigación. «Tenemos la esperanza de que esta intervención llegará a ser una herramienta importante en la protección de la salud a largo plazo de un grupo extremadamente vulnerable de niños«.

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El Instituto Nacional de Investigación en Enfermería (NINR, por sus siglas en inglés), también parte de los NIH, facilitó el financiamiento adicional para esta investigación.

El estudio fue realizado por la Dra. Rosemary C. White-Traut, Ph.D, R.N., y sus colegas del Hospital y Centro Médico Mercy de la Universidad de Illinois y el Hospital y Centro Médico Sinai, todos en Chicago. La Dra. White-Traut ahora trabaja en el Hospital Infantil de Wisconsin en Milwaukee.

Durante su primer año de vida, los bebés que nacen prematuramente tienen un alto riesgo de ceguera, problemas respiratorios, problemas de alimentación, discapacidades de aprendizaje y del desarrollo, y parálisis cerebral, así como de desarrollar infecciones que ponen en peligro su vida. Según Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC, por sus siglas en inglés), cerca de 500 mil bebés nacieron prematuramente en los Estados Unidos en el 2013, el año más reciente del que se disponen estadísticas. Aproximadamente el 11% de los bebés hispanos nacieron prematuramente. Los autores del estudio señalan que es común que los bebés prematuros crezcan más lentamente de lo normal. Los bebés que crecen a un ritmo adecuado tienen la mejor probabilidad de evitar problemas en su desarrollo neurológico.

«Los bebés prematuros enfrentan mayores riesgos de salud, simplemente por haber venido al mundo demasiado temprano«, dijo la Dra. White-Traut. «Por lo tanto, cualquier complicación, como la mala alimentación o el retraso en el crecimiento, puede empeorar los problemas que ya enfrentan«.

La intervención se denomina H-HOPE, por su nombre completo en inglés Hospital to Home Transition – Optimizing Premature Infant’s Environment que significa «Transición del hospital a la casa – optimización del ambiente del bebé prematuro«. H-HOPE enseña a las madres cómo dar a su bebé estimulación conductual, social y física para atraer su atención y fomentar su desarrollo cerebral.

En comparación con los bebés que nacen a término, los bebés prematuros pasan mucho más tiempo durmiendo, y mucho menos tiempo despiertos y conscientes de lo que está pasando alrededor de ellos. También tienen menos capacidad de comunicar sus necesidades que los bebés nacidos a término. Por esta razón, los investigadores crearon la intervención H-HOPE para mostrar a las madres nuevas cómo darles la estimulación apropiada a sus recién nacidos y cómo reconocer las señales que indican que sus bebés tienen hambre.

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La intervención se divide en dos partes:

  1. La primera parte, llamada intervención ATVV (Auditory, Tactile, Visual and Vestibular, intervención auditiva, táctil, visual y vestibular), enseña a las madres cómo interactuar socialmente con sus bebés y estimular delicadamente sus sentidos.
  2. La segunda parte enseña a las madres cómo interpretar y responder a las señales conductuales de sus bebés cuando ellas les están dando la intervención ATVV y los están alimentando.

La intervención ATVV consiste en una intervención de 15 minutos, que se hace dos veces al día, justo antes de alimentar al bebé. Un equipo compuesto por un enfermero y un trabajador en salud comunitaria enseña a la madre los pasos que debe seguir.

  • Primero se a la madre que debe hablarle a su bebé en un tono suave y calmado, antes de comenzar a tocarlo. Se utiliza el sonido de una voz femenina para advertirle suavemente al bebé que la persona que lo cuida está presente.
  • Durante los siguientes diez minutos, la madre coloca a su bebé boca arriba y le masajea delicadamente la cabeza, el pecho, el abdomen y los brazos. Después lo pone boca abajo para darle un masaje en la cabeza y la espalda.
  • Durante los últimos cinco minutos, la madre envuelve al bebé en una cobija, lo toma en sus brazos y lo mece en posición horizontal.
  • Durante todo el proceso, se le enseña a la madre que cuando el bebé está despierto, ella debe hacer contacto visual con él.

Esta secuencia se repite dos veces al día desde el momento en que el bebé cumple las 31 semanas. Se continúa con este proceso después de que el bebé sea dado de alta del hospital y hasta un mes después de la fecha aproximada en que debería haber nacido el bebé, si el embarazo hubiera llegado a término.

La segunda parte de la intervención enseña a la madre a reconocer, interpretar y responder a las señales claves y sutiles en la conducta de los bebés prematuros. Por ejemplo, los bebés a término completo lloran fuertemente cuando tienen hambre y tal vez se lleven la mano a la boca. En comparación, es posible que un bebé prematuro no llore y apenas pueda llevar la mano a la boca como señal de que tiene hambre.

Los investigadores trabajaron con 183 madres y sus bebés prematuros que habían nacido entre la semana 29 y la semana 34 del embarazo. La mitad de las madres eran hispanas Alrededor de la mitad de las parejas de madre y bebé fueron asignadas al azar a la intervención H-HOPE y aproximadamente la mitad a otro programa que les daba instrucciones sobre cómo cuidar a los bebés prematuros. El estudio se realizó en dos hospitales que atienden a personas de barrios empobrecidos.

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«Cuando planeamos nuestra investigación, pensamos que los bebés prematuros procedentes de entornos pobres probablemente se beneficiarían más de esta intervención«, dijo la Dra. White-Traut. «La pobreza está vinculada a una peor salud y un desarrollo infantil más bajo a largo plazo. Y al igual que con otras influencias negativas para la salud, los bebés prematuros suelen ser afectados en mayor medida que los bebés que nacieron a término«.

Mientras estaban en el hospital, las madres recibieron dos visitas del equipo compuesto por un enfermero y un trabajador en salud comunitaria, que les enseñaron los procedimientos de la intervención y observaron a las madres para asegurarse de que estuvieran realizando los pasos correctamente.
Después de que los bebés fueron dados de alta del hospital, las madres recibieron dos visitas en su hogar del equipo del enfermero y el trabajador en salud comunitaria.

Después de que los bebés habían terminado el estudio, los que recibieron la intervención H-HOPE pesaban más, en promedio, que los que no la recibieron. Los bebés en el grupo H-HOPE también crecieron más rápidamente en talla, especialmente durante los últimos cinco días de su estadía en el hospital.

El estudio publicado en la revista profesional Advances in Neonatal Care, encontró que la capacidad de los bebés prematuros de alimentarse mejoró inmediatamente después de que recibieron la intervención ATVV. Los bebés prematuros fueron alimentados con un biberón modificado que estaba conectado a un sensor que les medía los movimientos de la boca. Los bebés alternan períodos de succión activa (los que se conocen en inglés como «bursts«) con períodos de descanso en los que tienen el pezón (o chupón) en la boca pero se abstienen de alimentarse activamente. Entre las métricas especializadas catalogadas por los investigadores, estaban el número total de veces que el bebé succionaba el pezón durante la alimentación, así como el número de succiones en un solo período de succión activa. A todos los bebés se les midieron los movimientos bucales con el biberón y el sensor justo después de comenzar a alimentarse por la boca y cada semana mientras permanecieron en el hospital.

De acuerdo con todas las medidas registradas por los investigadores, los bebés en el grupo de la intervención ATVV superaron al grupo de control en su capacidad para realizar movimientos con la boca que son necesarios para alimentarse por su cuenta.

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