El 1° de enero de 2014 entró en vigor el impuesto especial (IEPS) a bebidas azucaradas cuyo objetivo es desincentivar su consumo debido a los efectos negativos en la salud que conlleva. El monto del impuesto fue de un peso por litro, lo que por precio promedio equivale al 10%.
En este contexto, la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) dio a conocer resultados preliminares del estudio sobre el efecto del impuesto en las compras de bebidas azucaradas en los hogares mexicanos durante 2014, realizado por el Centro de Población de la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). El estudio fue financiado por Bloomberg Philanthropies y la Fundación Robert Wood Johnson.El estudio expone «Se usaron datos comerciales de un panel de consumidores que contiene información sobre compra de bebidas en hogares de 53 ciudades del país con al menos 50,000 habitantes. El modelo ajusta por la tendencia hacia la baja observada desde 2012 para bebidas con impuesto y por variables macroeconómicas que se asocian con compras. Resultados preliminares muestran que hubo una reducción promedio del 6% en las compras de bebidas con impuesto en 2014 comparado con la tendencia antes del impuesto. Esta diferencia se incrementó a lo largo del año hasta alcanzar una reducción del 12% en diciembre del 2014 comparado con la tendencia antes del impuesto. La reducción en compras se observa en todos los grupos socioeconómicos pero es mayor en el nivel más bajo en el que se estima una reducción promedio del 9%, comparado con la tendencia anterior al impuesto, y que alcanza un 17% en diciembre del 2014. Los resultados también muestran un aumento de 4% en las compras de bebidas sin impuesto en 2014 que en su mayoría se debe a un aumento en las compras de agua simple (no se recolecta información sobre el consumo de agua no embotellada)» [1].
Al respecto Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC), miembro de la ASA declaró: “En los últimos meses de 2014 las familias más pobres no sólo habían reducido el consumo de bebidas azucaradas en sus hogares sino que también estaban gastando menos en estas bebidas ya que la baja del consumo alcanzó 17% hacia el final del 2014, esto quiere decir que la reducción está superando al impuesto, y por lo tanto, el total del gasto en bebidas azucaradas es menor”.
Por su parte, Fiorella Espinosa, investigadora de salud alimentaria en EPC comentó: “Estos datos son relevantes tomando en cuenta que en México una diabetes complicada puede llevar a una familia a la bancarrota, el mayor gasto en salud por el consumo de bebidas azucaradas se da en las familias más pobres convirtiéndose en una causa de pauperización”. De acuerdo a cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una persona que vive con diabetes complicada gasta un promedio de $65,896 pesos al año en el tratamiento médico mientras que percibe un salario promedio anual de 61,896 pesos [2], lo que es completamente insostenible.
El impuesto a las bebidas azucaradas en México logró una reducción en la compra y por ende en el consumo de estas bebidas, aún a pesar de ser un impuesto menor al recomendado y de las diversas tácticas comerciales puestas en marcha por las empresas refresqueras. De acuerdo con organismos nacionales e internacionales, como el INSP y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el impuesto para reducir el consumo de manera significativa debería ser de al menos un 20%.
Esta medida fiscal para la reducción del consumo de bebidas azucaradas, que es una de las causas del sobrepeso, la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, está demostrando su efectividad. En el largo plazo, esta política se traducirá en la disminución de las cifras de obesidad y diabetes, así como de los costos en salud siempre y cuando se fortalezca el impuesto con una política integral de prevención y combate a estas enfermedades crónicas. Esto puede tomar varios años y a condición de que se implementen las políticas complementarias de combate a la obesidad, con base en las recomendaciones nacionales e internacionales libres de conflicto de interés.
“El impuesto ha mostrado su efectividad en reducir el consumo de bebidas nocivas para la salud, pero es necesario complementarlo utilizando los recursos recaudados para el objetivo social por el cual fue aprobado”, enfatizó Luis Manuel Encarnación, coordinador de la Coalición ContraPESO, miembro de la ASA.
Al respecto, las organizaciones propusieron:
- Sea considerado el aumento del impuesto del 10 al 20% con lo cual se podría tener un mayor impacto en la salud de la población mexicana.
- Se elimine el IVA al agua embotellada en envases menores de 10 litros, con el fin de hacer económicamente más accesible el agua que las bebidas azucaradas.
- Que se aplique el recurso recaudado a la instalación de los bebederos de agua en las escuelas con sus sistemas de purificación, a la vez que se establece un programa integral de instalación de dispensarios de agua en espacios públicos y privados, así como una política integral de prevención.
Referencias
- Reducción en el consumo de bebidas con impuesto después de la implementación del impuesto en México, INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA, MÉXICO http://www.insp.mx/epppo/blog/3659-reduccion-consumo-bebidas.html