Exponer a mucha gente a que se infecte al mismo tiempo de SARS-CoV-2, como se ha propuesto al convocar a reuniones grupales, es contraproducente en este momento, pues aún no se conoce por completo al virus ni cómo se comporta en la población, y no hay medicamento para su control, alertó Gabriela García Pérez, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Ante la actual pandemia de COVID-19 hacer caso a este tipo de llamados es peligroso para la población, para el sistema de salud y hasta para los gobiernos, pues en México estamos en el pico más alto de la infección y si hay muchos casos no habrá capacidad para brindar atención médica para todos, remarcó.
La jefa del Laboratorio de Microbiología Molecular, del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirmó que aún se sabe poco de la enfermedad del coronavirus, y se ignora si quienes han mejorado tienen inmunidad y por cuánto tiempo pudiera ser eficaz.
La inmunidad de grupo o “de rebaño” ocurre cuando individuos de una población sana se juntan con otros infectados con algún virus para crear inmunidad. Las reuniones para contagiar ya se han llevado a cabo en ciertos lugares: algunas mamás juntan a sus hijos con un niño con varicela o sarampión para que adquieran la enfermedad, pues se piensa que en edades tempranas el riesgo es menor, ejemplificó.
No obstante, la inoculación del agente infeccioso atenuado o modificado en virulencia se puede dar con las vacunas de manera más segura y controlada para inducir inmunidad.
“Cuando se abarca gran parte de la población para inmunizarla con una vacuna, ya no se infectará con el mismo virus, aunque vuelva a exponerse, o al menos la infección será mucho más leve en caso de producirse”, subrayó.
Explicó que cuando un microorganismo es totalmente nuevo para el sistema inmune, a nuestro organismo le lleva tiempo tener una respuesta efectiva para controlar la infección, y dependiendo de esa respuesta el virus puede ser devastador, según su virulencia.
Del SARS-CoV-2 cada día se aprende algo nuevo mediante análisis, estudios y observaciones de la infección y su comportamiento en el cuerpo humano y entre la población afectada.
“En Reino Unido se propuso otorgar cartillas a quienes ya se habían recuperado para que pudieran transitar y hacer su vida cotidiana, pero al ver la respuesta de diferentes individuos en varias regiones del mundo, no se garantizó la inmunidad”, señaló.
Otras experiencias con virus
García Pérez acentuó que aunque se tiene cierto conocimiento del nuevo coronavirus y algunas experiencias por infecciones previas como SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), en 2002-2003, y el MERS (Síndrome Respiratorio de Medio Oriente), en 2012, aún falta mucho por entender. “Científicos trabajan para comprender estas enfermedades y producir vacunas, pero no se ha tenido éxito”.
El SARS-CoV-2 tuvo la capacidad de adaptarse rápidamente a los humanos y la transmisión es muy efectiva, de manera que eso le ha permitido expandirse a nivel mundial, comentó.
Además, las manifestaciones clínicas dependen de la condición de las personas: en quienes sufren afecciones cardiacas, diabetes u obesidad, las consecuencias pueden ser más graves. “En ese sentido, en México hay preocupación por el alto índice de obesidad y diabetes, y esta población debe ser mucho más cuidadosa para evitar contagios”.
Finalmente, la investigadora de la UNAM nos convoca a cumplir con las recomendaciones de salubridad. “Falta mucho por conocer, pero los avances son grandes; eso nos alienta para contar a la brevedad con al menos un medicamento eficaz que permita mitigar esta situación. Nuestra mayor esperanza es una vacuna segura y eficiente, para inducir inmunidad adecuada contra SARS-CoV-2”[.]