Si uno de los dos niños quiere jugar sexualmente y el otro no quiere, se debe respetar la decisión del que no quiera. La educadora deberá hablar con el niño o niña y decirle que el otro no quiere jugar y que no puede obligarlo.
Evita decirle al niño o niña que los juegos son “malos”. Estos juegos deben tener como base el mutuo consentimiento en beneficio del respeto de la individualidad de cada niño o niña. Además, a partir de ritmos de crecimiento, edad y curiosidad similares.
Otra situación es cuando hay juegos sexuales frente al grupo, en especial la masturbación. En los casos en que un niño o niña se masturbe en público, se sugiere decirle que éste es un comportamiento que se hace en privado; por lo que no deberá hacerlo frente a sus compañeros.
Referencias
- Manual para la acción: Prevención de abuso sexual de niñas y niños. Una perspectiva con enfoque de Derechos, patrocinado por Pfizer, México 2007.