Con frecuencia nos referimos al cerebro como el capitán del cuerpo, el cual envía mensajes a lo largo del sistema nervioso central, quien convierte los impulsos eléctricos y los pensamientos en acciones y comportamientos.
Sin embargo, existen estudios que muestran que existe otro jugador importante: un sistema de billones de bacterias y otros “bichos”, conocidos como el microbioma de los intestinos.
Nuestro cuerpo ha coevolucionado con las bacterias intestinales. Esto hace que la relación entre el microbioma y el cerebro sea entrelazada: Ambos se comunican por medio de una variedad de mecanismos para mantener la salud y el bienestar del cuerpo. Esta comunicación afecta no solo el hambre, la digestión y la saciedad, sino también la salud inmunológica y mental.
El Microbioma: Las bacterias y otros “bichos” del cuerpo
Los intestinos son el hogar de billones de pequeños “bichos” conocidos colectivamente como microbioma. Este término incluye a toda la comunidad de microorganismos (bacterias, hongos, virus, protozoos y otros “bichos”) junto con su funcionalidad y actividad.
El cerebro y el microbioma se comunican constantemente. A este enlace con frecuencia se le denomina “eje intestinos-cerebro”. La comunicación mediante esta línea es esencial para mantener la homeostasis —o equilibro— en tus intestinos y en cualquier otra parte del cuerpo.
Existen varias rutas de comunicación que constituyen el eje intestinos-cerebro, pero la más prominente es el nervio vago, que está involucrado en la digestión y en una saludable respuesta inmunológica de los intestinos, entre otros procesos y reacciones corporales.
Digestión
Se ha demostrado que el intestino no solo es el sitio donde se lleva a cabo la digestión y la absorción de nutrientes. Básicamente, el intestino atestigua el procesamiento de los alimentos que consumimos, luego reporta la información relevante de ese proceso al cerebro por medio del nervio vago.
Por ser el sitio en donde se digieren los alimentos, el intestino tiene inmediato conocimiento de lo que se está consumiendo y recaba información acerca del contenido energético y de los nutrientes que consumimos. El nervio vago se asegura de mantener al cerebro al tanto de esta información sensorial, como son las señales de apetito o las sensaciones de saciedad.
Somos lo que comemos
Es importante saber cómo mantener sanos los intestinos y el cerebro para fomentar una comunicación de calidad entre ambos a lo largo del eje intestinos-cerebro. La manera más fácil de lograrlo es mediante los alimentos y la nutrición.
Las dietas ricas en proteína y fibra de origen vegetal tienden a incrementar la abundancia de bacterias como Bifidobacteria y Lactobacillus. Éstas son bacterias benéficas que tienden a mantener la salud de tu estómago y tus intestinos. En contraste, las dietas ricas en proteína de origen animal y grasas saturadas podrían incrementar la abundancia de Bacteroides y Alistipes, que se piensa están asociados con problemas cardiovasculares e intestinales.
Adicionalmente, hay estudios que muestran que quienes consumen más vegetales y menos grasas tienden a tener un microbioma más diverso en el que hay muchas bacterias benéficas diferentes. Y quienes llevan una dieta alta en grasas tienden a carecer de diversidad bacteriana en el estómago, lo cual no es bueno para su salud digestiva.
Si bien la comunidad de bacterias presentes en tu estómago e intestinos es compleja, mantenerla saludable puede ser bastante sencillo. Aquí te damos algunos consejos a considerar:
- Minimiza el consumo de grasas saturadas. Las grasas insaturadas como el aceite de oliva y los aguacates favorecen la presencia de bacterias más benéficas, como Bifidobacteria; mientras que las grasas saturadas tienden a incrementar los Bacteroides, que son los “bichos” que influyen de manera negativa en la salud estomacal.
- Aumenta el consumo de vegetales ricos en fibra. Estos alimentos contienen muchos almidones complejos y fibra que el cuerpo no puede descomponer completamente por sí solo. Por el contrario, tu cuerpo depende de las bacterias del sistema digestivo para descomponer parte de la fibra. En el proceso, las bacterias crean ácidos grasos de cadena corta que apoyan la salud del estómago. Estos alimentos ricos en fibra actúan como prebióticos, alimentando el microbioma.
- Considera incluir probióticos en tu dieta. Los probióticos apoyan un equilibrio saludable de bacterias benéficas en tu sistema digestivo. Busca un yogur rico, que te guste, ¡y así mantener sano su intestino será un deleite!
Cuida tu microbioma
El microbioma es un sistema complejo preparado para ayudarte a vivir la vida lo mejor posible, y lo hace principalmente por medio de procesos digestivos, pero también transmitiendo mensajes importantes al cerebro. El hecho de mantener felices tus intestinos permite que siga fluyendo la comunicación a lo largo del eje intestinos-cerebro. Así, este poderoso dúo apoyará a tu salud en general[.]