En el marco del Día Mundial de la Salud organizaciones de la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) inflaron una enorme lata de refresco con la leyenda “diabetes” el pasado 6 de abril de 2016 frente a la Secretaría de Salud y presentaron 4 acciones para continuar reduciendo el consumo de bebidas azucaradas en México.
“El problema con las bebidas azucaradas es que, debido a su alto contenido de azúcar, es muy fácil y muy probable exceder la cantidad de calorías que consumimos en un día. Esto ocurre porque a diferencia de los alimentos, estas bebidas proveen calorías que no son capaces de generar saciedad, es decir, no nos dan la sensación de estar llenos y podemos seguir consumiendo más y más. Además, el único nutrimento que el cuerpo recibe es azúcar, la cual será fácilmente transformada en grasa por el hígado. El 70% de los azúcares añadidos que consumimos los mexicanos provienen de las bebidas azucaradas, lo que indica que la mayoría del azúcar que consumimos es azúcar líquida y tiene este efecto. Diversos estudios muestran que los individuos con un alto consumo de bebidas azucaradas (es decir una o más porciones al día), tienen un mayor riesgo de desarrollar DM2, si se comparan con aquellos que no las consumen. La magnitud del riesgo varía entre 26 y 31% aunque se han encontrado cifras tan altas como 83% para algunos grupos de edad. También se ha visto una mayor presencia de grasa visceral entre los consumidores de refresco, condición que se asocia con el desarrollo de diabetes”, explicó Fiorella Espinosa coordinadora del área de investigación de El Poder del Consumidor.Por lo anterior y por la importancia que tiene para México, invitaron a las autoridades sanitarias a que refuercen las medidas para reducir el consumo de bebidas azucaradas entre la población ya que es una acción preventiva y por ende costo-efectiva.
Propuestas para reducir el consumo de bebidas azucaradas
- Necesitamos un etiquetado frontal de advertencia como el implementado en Chile o Ecuador que informe si una bebida es baja, media o alta en azúcar añadida, a diferencia del etiquetado mexicano que induce al sobreconsumo de azúcar por utilizar un valor de referencia mucho más alto que el recomendado por la OMS.
- Es urgente que el Estado vigile el cumplimiento de los lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas en las escuelas, que prohíben la venta de bebidas azucaradas de lunes a jueves, además, sensibilizar a la comunidad de los beneficios de llevar a cabo esta acción. De acuerdo a la plataforma Mi Escuela Saludable miescuelaaludable.org, el 72% de los 514 reportes correspondientes al ciclo escolar 2015-2016, revelaron la presencia de refrescos (no light) en el plantel.
- La regulación sobre publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños debe cubrir el horario y programación en el que más expuesta está la población infantil, así como otros canales de comunicación (internet, videojuegos, envases), estar basada en los recientes criterios nutrimentales presentados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y no por aquellos establecidos por la industria alimentaria. También se deben regular estrategias de mercadotecnia que van especialmente dirigidas a niñas, niños y adolescentes, como los regalos, personajes y concursos.
- El impuesto a las bebidas azucaradas logró disminuir el consumo en 6% en su primer año de existencia, debe ser aumentado de 1 a 2 pesos por litro, como fue recomendado a nivel nacional e internacional para tener mayores resultados en salud. Dirigir sus recursos a través de un fondo transparente, como lo propone el Senado, para políticas de prevención e instalación de bebederos en escuelas y espacios públicos. Esta política debe estar acompañada del establecimiento de un precio máximo al agua embotellada para lo cual tiene facultades el ejecutivo federal.
Sitios de interés
- Mi Escuela Saludable www.miescuelaaludable.org
Imagen cortesía de Alianza por la Salud Alimentaria