Predecir el estado de ánimo puede ser difícil. A simple vista, parecería que solo es producto de las circunstancias o de una experiencia; sin embargo, el estado de ánimo y sus detonantes son mucho más complejos.
Existen estresores que con la ayuda de los neurotransmisores (sustancias químicas cerebrales que transportan mensajes) y las hormonas, generan una respuesta emocional en el cuerpo. De hecho, podría decirse que la química cerebral es tan responsable de las emociones y de los estados de ánimo, como lo son los sucesos de la vida.
Los detonantes del estado de ánimo: anatomía del sistema límbico
El cerebro es un órgano poderoso y multifuncional: es el centro de control del cuerpo. Cada área alberga células cerebrales especializadas (neuronas) que llevan a cabo determinadas tareas. La sección del cerebro que está a cargo del estado de ánimo se localiza en el núcleo, justo en el centro de toda la actividad: el sistema límbico.
Esta red de neuronas alberga el centro emocional y es responsable de gestionar los estados de ánimo. Muchas partes del cerebro trabajan de manera conjunta en el sistema límbico, entre ellas, el hipocampo y la amígdala.
Hipocampo
Se localiza en el centro del cerebro y se ramifica hacia ambos hemisferios. La palabra hipocampo significa “caballo de mar”, y hace referencia a su singular forma. La memoria tiene todo que ver con el hipocampo, esto se debe a que los recuerdos de largo plazo se almacenan ahí, por ello el hipocampo es crucial para el aprendizaje.
La información sensorial, como el gusto y el olfato, fluye hacia la memoria de largo plazo que está en el hipocampo. Esta relación se ve fortalecida a medida que los eventos relacionados con estos sentidos se repiten.
Los olores son los más efectivos al momento de recuperar información almacenada en la memoria. Existen diferentes aromas que pueden recordarte lugares que has visitado o personas que has conocido, esta relación de recuerdos positivos puede elevar el estado de ánimo.
Amígdala
Está al lado del hipocampo y también influye en la memoria. Sin embargo, no relaciona la información sensorial con los recuerdos, relaciona las emociones.
La amígdala calibra la forma en la que se almacenan los recuerdos con base en la fuerza de las emociones. Aquellos que están cargados de emociones fuertes e intensas, se pueden recuperar fácilmente de la memoria; mientras que las experiencias donde hubo poca emoción se desvanecen.
La química del estado de ánimo
Las hormonas y los neurotransmisores (importantes mensajeros químicos) trabajan en el sistema límbico y en todo el cuerpo. Generan las emociones que operan de manera paralela con los sucesos de la vida para desencadenar los estados de ánimo.
Serotonina
Este neurotransmisor es el regulador maestro del estado de ánimo. Trabaja en el cuerpo para generar sentimientos de felicidad y bienestar, así como facilita la comunicación entre las neuronas y controla la intensidad de las señales, agudiza la memoria y favorece los hábitos de sueño. Una baja disponibilidad de serotonina puede causar sentimientos de tristeza, letargo y somnolencia.
La sustancia activa de la serotonina es el triptófano, aminoácido que comúnmente está presente en alimentos con un alto contenido de proteína, como pavo, huevo y queso.
Para elevar la disponibilidad de serotonina en el cuerpo, se recomienda consumir alimentos ricos en triptófano y hacer ejercicio. La actividad física incrementa la función de la serotonina en el cerebro y puede reducir el estrés.
Cortisol
Para entender cómo es que esta hormona afecta el estado de ánimo, es importante aprender acerca del estrés. Lo primero que hay que saber es que no todo el estrés es malo, incluso un poco de él, hace que el cerebro esté orientado a objetivos y se mantenga motivado para completar las tareas.
Tanto el estrés (estrés positivo) como el distrés (estrés negativo) detonan la liberación de cortisol, la hormona del estrés.
Cuando las circunstancias del estrés hacen que se eleven los niveles de cortisol, podemos sentirnos revitalizados, alertas y llenos de determinación. A medida que pasa el estresor, los niveles de cortisol regresan a la normalidad y el estado de ánimo se ajusta.
Sin embargo, en momentos de distrés, los niveles de cortisol aumentan y se mantienen altos. Los sentimientos de intranquilidad, tensión y ansiedad van acompañados de un aumento del cortisol.
Afortunadamente, existen medidas para evitar que el cortisol haga que el estado de ánimo decaiga, como el ejercicio, que es una manera de sacar los sentimientos reprimidos de lucha o huida; también hablar con nuestros seres queridos. Además, estas actividades pueden combatir la ansiedad y la fatiga causada por el distrés para ayudarnos a seguir adelante.
Oxitocina
La oxitocina, conocida como “la hormona del amor” (porque crea sentimientos de amor y confianza) es un poderoso factor del estado de ánimo. Es producida por el hipotálamo, otra parte del cerebro que trabaja en el sistema límbico, y en donde se lleva a cabo la regulación de las hormonas.
La oxitocina es distribuida por todo el cuerpo por la glándula pituitaria. Los niveles de oxitocina suben después de experiencias como el nacimiento de un hijo, el inicio de una relación y el contacto físico.
La presencia de esta hormona en la sangre ayuda a establecer un vínculo emocional con nuestros seres queridos, ya sean amigos, familiares o hasta las mascotas.
Las actividades que incrementan la cantidad de oxitocina disponible en el cuerpo pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo: Cantar, abrazar a un ser querido, amamantar, la intimidad con la pareja y las interacciones sociales son actividades que contribuyen a que aumente el nivel de oxitocina.
La aplicación de la ciencia del estado de ánimo
Si entendemos mejor cómo hacer para que el cuerpo tenga una mayor disponibilidad de los neurotransmisores y hormonas que nos hacen sentir aliviados y felices, aprovecharemos sus beneficios calmantes y tranquilizantes en nuestro día a día. Estar conscientes de la manera en la que el cerebro gestiona el estado de ánimo, puede ayudarnos a tomar medidas para mejorarlo.
Crea un estado de ánimo positivo
Como hemos visto, una gran parte del equilibrio emocional está determinado por la química cerebral, pero también las investigaciones sugieren que la meditación, la actividad física y la risa pueden mejorar el estado de ánimo, porque reducen las hormonas del estrés como el cortisol, e incrementan la serotonina y oxitocina.
Meditación
Cuando surgen los estresores, el cuerpo cambia al modo de combate o huida. Se prepara para combatir al estresor o para huir de él. Los mayores niveles de cortisol asociados con esta respuesta generan sentimientos de ansiedad y nerviosismo. Notamos que el corazón late con fuerza y las palmas de las manos comienzan a sudar.
Para calmar los nervios podemos considerar la meditación, que, aunque puede funcionar diferente para cada persona, tiene un objetivo común: reducir el estrés.
Te recomendamos comenzar por hacer respiraciones lentas, profundas y constantes. Obligar a tu cuerpo a recuperar la compostura después de un suceso estresante, puede evitar que los niveles de cortisol suban hasta salirse de control.
Ejercicio
Como ya hemos dicho, la actividad física es extremadamente efectiva para mejorar el estado de ánimo. El ejercicio regular te brinda la oportunidad de desconectarte y lograr tus objetivos de acondicionamiento físico. Con el tiempo, las mejoras en la condición física pueden elevar la autoestima y aumentar la seguridad.
Se cree que esta actividad diaria incrementa los niveles de serotonina en el cerebro para mejorar el estado de ánimo. Además, el sueño mejora con el ejercicio, esto puede deberse a que te hace sentir cansancio, lo que ayuda a dormir más profundamente, y en consecuencia a tener un mejor estado de ánimo después de una buena noche de sueño.
Risa
Se dice que la risa es la mejor medicina. Una buena carcajada ayuda a soltar la tensión física mediante el incremento del flujo de oxígeno al cerebro y al cuerpo. El humor puede ayudar a aliviar las molestias mediante el envío de una ola de endorfinas (hormonas que actúan como analgésicos) al torrente sanguíneo. En consecuencia, el estado de ánimo mejora.
Al igual que el ejercicio, la risa libera la tensión muscular acumulada. La relajación de grupos musculares en tensión puede aliviar algunos de los signos físicos de estrés y ayudar a enfocarnos en crear un estado de ánimo positivo.
No hay duda que el estado de ánimo tiene múltiples facetas y se ve influido por diversos factores. Las circunstancias que vivimos, combinadas con el proceso bioquímico de nuestro cerebro pueden hacer que las emociones varíen día a día en una especie de montaña rusa.
Si aprendemos cómo trabaja el cerebro para regular el estado de ánimo, y si hacemos actividades como las aquí descritas y nos llenamos de pensamientos positivos, podremos tener más herramientas para combatir el estrés y ser más felices.
Información del Departamento de Educación en Salud y Ciencia de USANA.