En una sociedad que continúa valorando la figura delgada, aún cuando las personas en los Estados Unidos y en México, por supuesto, están más obesas que nunca, casi todos se preocupan por su peso como mínimo. Según la American Psychological Association, las personas con trastornos en la alimentación llevan dichas preocupaciones a los extremos, desarrollando hábitos alimentarios anormales que amenazan su bienestar e incluso sus vidas.
El Médico Bariatra David Montalvo Castro, Presidente del Colegio Mexicano de Bariatría (CMB), A.C., y director general de la clínica Be Care Medical Center y ex Presidente de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad y Trastornos de la Mal Nutrición, comenta que son la bulimia y la anorexia los trastornos alimentarios más frecuentes en mujeres jóvenes y si son tratados en una etapa temprana, se pueden controlar muy bien.
También ocurre, dice, que algunas adolescentes se inducen el vómito ocasionalmente como una forma de manipulación familiar sin ser un caso de verdadera bulimia y es importante diferenciar estos casos: “La mujer que inicia esta práctica sin grandes conflictos psicológicos puede fácilmente engancharse en la conducta cuando descubre que es un método simple para lograr la talla de ropa que desea y se aficiona a esta práctica pues obtiene el beneficio sin mayor esfuerzo”.
A continuación el especialista describe brevemente los trastornos alimentarios más frecuentes:
- Anorexia: Consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo dejando de comer o reduciendo la ingesta a raciones mínimas, y lleva a un estado de inanición.
- Bulimia: Es una enfermedad de causas diversas (psicológicas y somáticas), que produce desarreglos en la ingesta de alimentos con periodos de compulsión por comer alternados con otros de dietas drásticas, asociado a vómitos y la ingesta de diversos medicamentos (laxantes y diuréticos). Se caracteriza por excesos alimentarios seguidos de métodos compensadores inadecuados, los que incluyen el vómito provocado por el propio paciente o uso inadecuado de laxantes, diuréticos o enemas, o sin purgamiento, como someterse a ayuno deliberado.
- Diabulimia (término compuesto de diabetes y bulimia): es un trastorno en el cual las personas que padecen diabetes tipo 1 omiten sus inyecciones de insulina con el propósito de perder peso. Sin la insulina, los niveles de azúcar en sangre ascienden de tal manera que las células no pueden tomar la glucosa, y el cuerpo, en un intento por disminuir el azúcar en sangre, expulsa el exceso de glucosa por la orina.
- Ortorexia: Es una obsesión o preocupación extrema por la salud, centrada en comer lo más sano posible, que puede convertirse en un serio trastorno. Las personas afectadas experimentan sentimientos muy marcados hacia los alimentos. Para ellas, un producto conservado es “peligroso“, “artificial” un alimento producido industrialmente, “saludable” un producto biológico.
- Vigorexia: Se refiere a un trastorno o desorden emocional que provoca que la persona se vea a si misma de manera distorsionada; ante el espejo lucen débiles y poco desarrolladas muscularmente. Esta percepción la lleva a realizar ejercicio físicos constantes de manera obsesiva- compulsiva sin importar las consecuencias.
- Permarexia: Es un trastorno de la alimentación que consiste en una obsesión por la comida, que lleva a la persona a pensar que todo le hace mal, que todo la va a engordar y por lo mismo todo el tiempo está a dieta.
- Alcohorexia: Trastorno alimentario caracterizado por la reducción de la ingesta de alimentos para ingerir bebidas alcohólicas sin que la cuenta total de calorías haga subir de peso a la persona.
Tratamiento y recomendaciones
El bariatra comenta que el tratamiento debe ser brindado por un equipo que incluya psicólogo o psiquiatra, pues siempre se acompañan de un componente conductual que debe ser resuelto para que la paciente evite las recaídas. Subraya que cuando no se resuelve el trastorno alimentario y el paciente llega a la edad adulta con la compulsión, la resolución es extremadamente difícil y ocasionalmente lleva a la paciente a la muerte.
Como siempre, puntualiza, la mejor alternativa es la prevención. Informar a la población en riesgo es la herramienta más poderosa que tenemos. Se requiere de hacer un plan para que la persona recupere su salud y que suba algo de peso y que no aumenten en grasa el peso.
“Cuando están deterioradas las pacientes, ya es muy evidente el problema con solo verlas; el reto está cuando la persona es apenas descubierta, casi siempre la mujer que tiene el problema, sobretodo la bulímicas, aprenden a vomitar en silencio para no hacer ruido y limpian para no dejar huella. Las chicas que hacen ruido al vomitar y dejan puertas abiertas para que las escuchen son mujeres manipuladoras y NO SON verdaderamente bulímicas. En el caso de mujeres profesionales, continúa, es un secreto a voces -ejemplo las bailarinas, actrices, modelos- y se dan cuenta entre ellas y terminan pidiendo ayuda porque ya no tienen la misma fuerza para hacer el trabajo físico y no rinden igual por lo que empieza a afectarles laboral y socialmente, y es cuando buscan ayuda”, concluye.