Cuando se presentan síntomas de manera prolongada como dolores estomacales, cólicos, distención abdominal e incluso cuadros de diarrea es importante acudir al gastroenterólogo no solo para diagnosticar la intolerancia al gluten no celiaca, sino para descartar propiamente la enfermedad celiaca, la cual es un cuadro clínico avanzado de la intolerancia, pero con incidencia genética.
Dolor estomacal, colon irritado y abdomen abultado, suelen ser síntomas asociados a inflamaciones víricas gastrointestinales, estreñimiento e incluso intoxicación alimentaria. Generalmente estos malestares desaparecen rápido con la terapia médica. Sin embargo, existen otras condiciones intestinales con los mismos síntomas que requieren tratamientos más complejos como lo es la intolerancia al gluten no celiaca, que consiste en el rechazo intestinal del gluten: una proteína contenida en el trigo, centeno, cebada y diversos cereales. La particularidad del tratamiento de esta patología es la dieta libre de dicho nutriente.
La reacción de rechazo intestinal que sufre el gluten en estos pacientes viene dada por dolores estomacales, cólicos, distención abdominal e incluso cuadros de diarrea. Son síntomas generalmente transitorios que se manifiestan cuando se ingiere esta proteína de nombre poco común, pero que tiene funciones como brindar elasticidad a la masa de harina y generar la consistencia esponjosa de los panes y masas para hornear.
Por su parte, Alberto Barroso, Jefe Adjunto de Medicina Interna en el Houston Methodist (Hospital Metodista de Houston), enfatiza en la importancia de acudir al gastroenterólogo si se presentan estos síntomas de manera prolongada, no solo para diagnosticar la intolerancia al gluten no celiaca, sino para descartar propiamente la enfermedad celiaca, la cual es un cuadro clínico avanzado de la intolerancia, pero con incidencia genética.
La diferencia de esta última es que sus síntomas, en el caso de que se evidencien, no solo afectarán al comportamiento digestivo, sino que también pueden generar anemia por deficiencia de hierro, osteoporosis, desordenes del sistema nervioso, deficiencia de vitamina K asociado con riesgo de hemorragias, retardo en el crecimiento de los niños e insuficiencia del páncreas.
El proceso que ocurre en los intestinos de un paciente celiaco cuando consume gluten es que las células inmunes del intestino delgado responden contra esa proteína como si fuera un veneno. Sin embargo, no solo se destruye el gluten, sino que también se erosiona la mucosa del intestino delgado por lo cual puede haber desnutrición por la incorrecta absorción de los nutrientes.
Según la experiencia calificada del Dr. Barroso uno de cada tres pacientes con intolerancia al gluten no celiaca tiene enfermedad celiaca. “La importancia de distinguir la sensibilidad al gluten no celiaca y la enfermedad celiaca es evitar las complicaciones de ésta segunda, ya que tiene una incidencia de cáncer en intestino delgado y actividad maligna por medio de linfoma”, advierte el gastroenterólogo también Miembro del Colegio Americano de Gastroenterología.
Necesidades convertidas en moda: DIETA LIBRE DE GLUTEN
Si bien la intolerancia al gluten no celiaca es poco común al afectar aproximadamente al 1% de la población mundial, los productos libres de gluten se han vuelto una tendencia adoptada por un gran segmento de la población. En este caso Barroso menciona que muchos de sus pacientes llegan a su consulta con dietas libres de gluten por iniciativa propia.
En este sentido, el especialista en gastroenterología añade que se puede vivir perfectamente sin gluten, sin embargo, es importante que estas personas compensen la fibra en su dieta; una fibra que no puede provenir del trigo, en el caso de los pacientes diagnosticados. “El hecho de negarle gluten al organismo, no es un problema ya que estos alimentos no contienen mucha proteína, sino carbohidratos. La proteínas verdaderamente deben provenir de la carne, pollo, pescado, leche, huevos”, acota Barroso.
El diagnóstico de la enfermedad celiaca
Aunque el consumo de gluten está contraindicado para el paciente, es necesario para la activación de marcadores y anticuerpos que permitan evidenciar la celiaquía. El diagnóstico de esta enfermedad también puede requerir analíticas sanguíneas con anticuerpos específicos y posiblemente endoscopias, para tomar muestras del intestino y confirmar la existencia de lesiones que no permiten una normal absorción de los nutrientes.
Para poder evidenciar y caracterizar la enfermedad celiaca, debe haber un período de por lo menos dos semanas con gluten que permitan activar los síntomas en el paciente celiaco. “Yo recomiendo empezar con una rebanada de pan integral, e ir aumentando hasta llegar a cuatro rebanadas; con esto es suficiente para que además se empiecen a aumentar los anticuerpos que eliminan el gluten y proceder con otras pruebas”, finaliza el Doctor Barroso.