Científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) trabajan en “transformar” legumbres, con el fin de crear vacunas comestibles en el desarrollo de la producción de proteínas necesarias para la salud, que permitan por ejemplo:
- El brócoli pueda sustituir a las inyecciones de insulina para tratar la diabetes
- Ser un auxiliar en el tratamiento de pacientes con síndrome de Turner, Alzheimer
- Prevenir algunos tipos de cáncer como el producido por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Graciano Calva Calva, adscrito al Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav propone la producción de este tipo de proteínas utilizando cultivos in vitro de células tejidos u órganos vegetales o plantas transgénicas, con fines farmacéuticos, para complementar los medicamentos con que se tratan las enfermedades relacionadas.
¡Agrotransformarse!
Las proteinas producidas por un organismo, en este caso las verduras, son “infectadas” con el gen de insulina para que ésta la produzca como lo haría el páncreas; de igual manera sucede con las otras proteínas como la hormona del crecimiento. Las proteínas de estas plantas son denominadas como “proteínas transgénicas”.A este sistema de transformación se le llama agrotransformación, recurre a plantas, en este caso a legumbres, para la producción de las proteínas, a través de la bacteria llamada Agrobacterium rhizogenes.
Graciano Calva titular de esta investigación, explica que este sistema biotecnológico permite que a partir de una célula vegetal sea posible obtener miles de plantas productoras de insulina, hormona del crecimiento o proteínas virales como las del virus del papiloma humano para curar o prevenir varios tipos de cáncer. Su investigación busca cultivar in vitro células, tejidos vegetales o plantas transgénicas con propiedades terapéuticas más que alimentarias.
Actualmente existen varios proyectos similares alrededor del mundo; sin embargo, aún se trabaja en identificar a las plantas que ofrezcan las mejores condiciones para la producción de estas proteínas transgénicas, ya que no todas las producen en grandes cantidades y otras no son compatibles.
El científico precisó que la aberración de mucha gente por los organismos transgénicos es una cuestión de idiosincrasia y no porque éstos signifiquen un riesgo para las personas; comentó también que de usarse plantas transgénicas, el número de población a la que puede alimentarse o tratarse terapéuticamente es muy grande, ya que los costos de producción son accesibles.