¿Te admiro o te enaltezco?
¿Porque para algunos es decepcionante darse cuenta que incluso las personas a las que admiran pueden tener una vida tan normal como ellos?. Todos somos dignos de admiración por cualidades y habilidades que tenemos en diferentes áreas de nuestra vida, por ejemplo: hay escritores maravillosos que hablan de la armonía, de los valores, la prosperidad, la amistad, el amor, las relaciones humanas, etc, así como conferencistas que aportan ideas que pueden cambiar la vida de otro de forma positiva, en fin personas que con sus conocimientos y esfuerzo tratan de aportar algo bueno a los demás. Esto no significa que en su vida personal sean perfectos, todos los días luchan con sus defectos y emociones igual que cualquiera.
Yo creo que del mundo y de las personas debemos tomar lo mejor, el hecho de descubrir las debilidades en la vida cotidiana de las personas a las que admiramos, no debería de demeritar las aportaciones que han hecho en mejorar nuestra vida.Por alguna razón la mayoría de las personas relacionamos admiración con perfección, consideramos que a través de obras de arte, palabras escritas, pinturas, música, voces…etc, conocemos a la persona que hay detrás, nos cegamos por las emociones que a través de estas manifestaciones nos hacen sentir, cabe aclarar que esto no es totalmente falso, porque de alguna manera conocemos un aspecto sensible, humano y creativo de una persona que trata de aportarnos algo, de transmitirnos un pensamiento, una emoción ,de hacerse presente y de tener un efecto en nuestra vida y bueno al fin lo logran cuando se ganan nuestra admiración.
He conocido personas que se decepcionan tanto de la idea que tenían de alguien que admiraban que lo desprestigian cada que tienen la oportunidad, incluso si la decepción deriva de conocerlo en un momento difícil donde demuestre desesperación o debilidad de carácter, otro motivo puede ser que la imagen física que esperaban sea muy diferente que la que tienen frente a sus ojos, ya sea porque debió ser más guapo (a), alto (a), tener una mejor voz…etc, la verdad es que esto es muy triste.
La manera en que evaluamos a los demás y las exigencias que tenemos al juzgarlos, tiene mucho que ver con nuestra propia estima y objetividad para percibir nuestra vida, esto sin duda tiene gran influencia con la manera en que nos trataron de niños, principalmente con lo que aprendimos con respecto a la flexibilidad para juzgar nuestros propios actos, un ejemplo de esto son las expresiones que escuchamos en nuestra infancia como: ”Si no sacas la calificación más alta en la escuela eres un tonto“, “Como es posible que no puedas ¿qué tienes menos capacidad que los demás? “, “Esperaba más de ti, eso es de mediocres”, “ X es mejor que tu, que te sirva de ejemplo”…etc, Ante este aprendizaje suponemos que alguien que es reconocido o que se destaca tiene necesariamente que cubrir todos los parámetros aceptados por la gente que está a su alrededor y le adjudicamos no solo más cualidades de las que tienen sino habilidades especiales, en fin los visualizamos con vidas casi perfectas. Todo esto forma en nosotros una imagen de la persona a la que admiramos con expectativas muy elevadas, por este motivo esta imagen al enfrentar la realidad se cae hasta el piso y es un verdadero desencanto.
Aprendamos a aceptar que hasta las personas que consideramos más exitosas, tienen que superar debilidades y defectos, pero que este hecho no significa que no puedan aportarnos algo significativo e importante que pueda transformar nuestra vida de manera positiva, sin duda este es motivo suficiente para admirar a alguien ¿No crees?.
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