Desde el momento del nacimiento los padres adquieren un vínculo emocional especial con sus hijos. Pero a causa de ello también se enfrentan con la responsabilidad de educar al bebé para que se pueda desenvolver en otro espacio que no sea el familiar. A simple vista no parece complicado pero si lo analizamos a fondo, nos damos cuenta que educarlo significa verlo llorar, enojarse o tener que enseñarle a hacer tareas que no quiere realizar. Esto les duele mucho a los papás, ya que piensan que sus hijos los pueden dejar de querer; asimismo, sienten culpa porque creen que los están haciendo llorar. No obstante, aunque a veces no lo parezca, esto es lo correcto y es lo que se debe hacer para lograr que el niño desarrolle las herramientas sociales que le servirán a lo largo de su vida.
Al principio, los niños no saben qué sienten y tampoco saben cómo expresarlo con palabras, muchas veces se “descargan” emocionalmente, a través de un berrinche o llorando. Cuando el niño presenta ese tipo de comportamientos los padres deben “traducirle” al niño en palabras el berrinche; es decir, si el niño llora porque está enojado, los papás deben explicarle que lo que en ese momento siente es enojo, con el fin de que el niño empiece a saber distinguir las emociones y así poder expresarlas; Esto no significa que el llanto de un niño sea algo malo, ya que es bueno que desahogue pero, tal vez, cuando se enoje otra vez ya no llorará y lo transmitirá mediante palabras.
Un niño que se ha desarrollado en un ambiente de excesiva atención hacia él, de extrema preocupación o donde las expectativas de los padres hacia el niño están por encima de lo que él a su edad puede lograr, puede generar un problema en su desarrollo, mismo que se verá reflejado justamente cuando ya sea adulto.
Algunas recomendaciones para los papás:
– Aceptar a su hijo como es. Él es una persona totalmente diferente por lo que no esperen que cumpla con lo que ustedes no pudieron lograr.
– Tener paciencia. Enséñenle al pequeñito lo que quiera aprender pero tengan paciencia, él lo va a hacer en sus tiempos hasta que adquiera práctica. No importa cuantas veces lo haga mal o cuánto se tarde, traten de no desesperarse, no lo solucionen ustedes.
– No tener miedo. A veces los padres le transmiten sus miedos al niño. El temor a que le pase algo al niño, no significa compartirlo con él. Cuando un chiquito ve a sus papás asustados, él se apropia de esos miedos y empieza él solo a limitar sus acciones. No se da cuenta ni puede discernir, por lo que hay que tener cuidado con qué le comparten; no es un adulto y no debería de tener miedos de “grandes” (secuestros, robos, lastimarse, morir).
-Motivación. Él empieza a ponerse metas, empieza a tratar de aprender cosas nuevas. Motívenlo, nunca lo desaprueben. Generarle motivación hace que no le tenga miedo al fracaso; esto se traduce en un niño seguro con muchas ganas para aprender cosas nuevas.
– Comunicación. Para formar a un bebé como una persona sana y con seguridad, siempre hay que tener un excelente canal de comunicación con los padres. Ellos tienen que traducirle sus acciones en palabras (cuando hace un berrinche hay decirle que lo está haciendo porque está triste) decirle lo que pasa, lo que quiere y fomentar que él se exprese, así como aplaudir sus logros y también reconocer sus fallos.
Es muy importante mostrar gran interés hacia la vida de un hijo, poder sentirse orgulloso de él o frustrarse con él. Pero también mamá y papá tienen que tener su vida, ya que, además de padres, son personas que necesitan vivir. Muchas veces al convertirse en padres creen que todo gira en torno al niño y dejan a un lado su vida de pareja o a los amigos, lo que provoca que sean personas poco pacientes, se frustren fácilmente y no puedan aceptar al bebé como es, ya que es lo único que tienen. Todo ello provoca, en consecuencia, que los padres traten de controlar la vida de su hijo al máximo, dejando al niño sin herramientas para salir adelante y buscando su independencia.
*Miembro de la SOCIEDAD PSICOANALÍTICA DE MÉXICO (SPM)
Teléfonos: (+52-55) 5286 1744 y 5286 5509
Clínica de asistencia a pacientes México D.F.:
Teléfonos: (+52-55) 5553 3599, 5286 6550 y 5286 0329
Email: spp[arroba]spm[punto]org[punto]mx
Clínica de Asistencia a la Comunidad Sede Metepec Edo. México:
Teléfono: 2153024