Salud emocional y espiritual, Karma y dharma

¿Serías infiel? ¿por qué? ¿por venganza?, ¿ resentimiento?, ¿deseo?, ¿desamor?, ¿desilusión?, ¿soledad?. Cualquiera que fuera tu respuesta, habría una consecuencia. Desde el punto de vista de la reencarnación con esta experiencia ganarías karma.

Mujer con mariposas al fondo un cielo azul
¿Qué has aprendido tú?

 

La teoría de la reencarnación, base fundamental en el budismo y el hinduismo, asegura que el alma sobrevive la muerte y vuelve a nacer en otro cuerpo físico con el propósito de crecer en conocimiento y sabiduría. La palabra Karma viene del sánscrito kárman y significa acción. El karma es una energía (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos, actitudes, palabras y pensamientos de las personas. El dharma significa virtud. Regalo de vida. El karma y el dharma son las bases para nuestra siguiente reencarnación. Ambos están en el cuerpo etérico. El cuerpo etérico también llamado el cuerpo de la memoria, alberga nuestra identidad. Contiene todo lo que nos ha ocurrido en otras vidas.

Como si estuviéramos en la escuela, la vida continuamente nos está dando lecciones. Aprendemos, aprobamos. Si no entendimos lo que nos enseñaron, reprobamos. En la vida a estas “lecciones” también se les llama experiencias.

En éstas el karma y el dharma juegan un papel primordial. El karma es la consecuencia de una “mala” acción. El dharma es lo que se regresa de las “buenas” acciones. El dharma genera karma y el karma, dharma. Es lo que vamos obteniendo en ésta u otras vidas.

Tal vez muchos de nosotros aborrezcamos la idea de que somos responsables de todo lo que nos pasa, y puede molestarnos más saber que, si nos quejamos por lo que nos está sucediendo, jalamos más de lo mismo. Para resolver esto el único camino que tenemos es la aceptación y la gratitud. Aceptar y agradecer con humildad nuestras circunstancias y situaciones.

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Lo que somos.

Lo que necesitamos.

Lo que queremos, Nuestro aquí y ahora.

Aunque haya cosas que no nos gusten.

Si alguien, que por ejemplo, ha sufrido a lo largo de su vida rechazo y abandono, la enseñanza es practicar el desapego. Si no lo aprende, volverá a vivir lo mismo las vidas que sea necesario. En el proceso de evolución, de apego y desapego, el alma, para fortalecerse y expandirse, elige los extremos.

Así, si se trata de experimentar el poder, lo hará de manera abusiva, violenta, manipuladora o dictatorial. Con la desarmonía que provoque con esta actitud producirá un efecto que lo llevará al otro extremo es decir, a ser manipulado, explotado o humillado. Hasta que llegue una vida en que el alma aprende a ejercer el poder con sabiduría y justicia. Así es como se va formando el karma y el dharma.

Esta ley rige en el Cosmos para que haya un Orden. A toda acción corresponde una reacción, a toda causa, un efecto; todo hecho o suceso es el resultado de otro anterior y a la vez será la causa de lo que sucederá. El karma no se detiene. Es una ley de enseñanza que nos dice que hay algo que aún no hemos aprendido. Es, asimismo, un proceso que asegura la evolución de la conciencia.

De esta manera, el karma, lejos de ser un “castigo” es el medio que tienen las almas para aprender actuar con amor y conseguir así una evolución espiritual.

¿Hay algo en tu vida que no te deja avanzar? ¿Un “patrón” que se repite constantemente? ¿Una situación difícil o dolorosa? Tal vez sea momento que lo veas como una lección. Cuando la asimiles, la aceptes y la agradezcas, estarás listo para el siguiente paso. Si hay algo que te hace sentir afortunado, bendecido o feliz, quizá sea momento que lo agradezcas y lo compartas con otros. Karma y dharma van de la mano. Ambos tienen mucho que enseñarte.

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¿Qué has aprendido tú?

Imagen cortesía de choreograph



Escrito por

Humanista y facilitadora en Desarrollo Humano

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