Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud señala que de las 38 millones de vidas perdidas en 2012 por ENT, 16 millones, o sea el 42%, fueron defunciones prematuras y evitables (un aumento respecto de los 14.6 millones de 2000).
[recuadro]Las 9 metas mundiales relativas a las enfermedades no transmisibles (ENT)
- Meta 1: Reducción relativa de la mortalidad general por enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas en un 25%
- Meta 2: Reducción relativa del uso nocivo del alcohol en al menos un 10%, según proceda, en el contexto nacional
- Meta 3: Reducción relativa de la prevalencia de actividad física insuficiente en un 10%
- Meta 4: Reducción relativa de la ingesta poblacional media de sal o sodio en un 30%
- Meta 5: Reducción relativa de la prevalencia del consumo actual de tabaco en un 30% en las personas de 15 años o más
- Meta 6: Reducción relativa de la prevalencia de hipertensión en un 25%, o contención de la prevalencia de hipertensión, en función de las circunstancias del país
- Meta 7: Detención del aumento de la diabetes y la obesidad
- Meta 8: Tratamiento farmacológico y asesoramiento (incluido el control de la glucemia) de al menos un 50% de las personas que lo necesitan para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares
- Meta 9: 80% de disponibilidad de tecnologías básicas y medicamentos esenciales asequibles, incluidos los genéricos, necesarios para tratar las principales ENT, en centros tanto públicos como privados
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Transcurridos casi cinco años desde el inicio de los esfuerzos mundiales por reducir las defunciones prematuras debidas a ENT en un 25% para 2025, el informe ofrece una nueva perspectiva sobre importantes enseñanzas adquiridas.
El número de defunciones por ENT se puede reducir significativamente mediante políticas gubernamentales orientadas a restringir el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, las dietas malsanas y la inactividad física, y proporcionar cobertura sanitaria universal. Por ejemplo, en el Brasil, la tasa de mortalidad por ENT está disminuyendo un 1,8% por año, debido en parte a la ampliación de la atención primaria de salud.
No obstante, el informe aboga por la adopción de más medidas para frenar la epidemia, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, en los que el número de defunciones por ENT está superando al de enfermedades infecciosas. Casi las tres cuartas partes de todas las defunciones por ENT (28 millones) y el 82% de los 16 millones de defunciones prematuras tienen lugar en países de ingresos bajos y medianos.
«La comunidad mundial tiene la oportunidad de cambiar el curso de la epidemia de ENT (Enfermedades
No Transmisibles)», declaró la Directora General de la OMS, Dra. Margaret Chan, que hoy dio a
conocer el informe sobre la situación mundial de las enfermedades no transmisibles 2014. «Con una
inversión de apenas US$ 1-3 por persona y año, los países pueden reducir extraordinariamente las
tasas de morbilidad y mortalidad por ENT. En 2015, cada país debe fijar objetivos nacionales y aplicar
medidas eficaces en relación con los costos. Si no lo hacen, tarde o temprano se seguirán perdiendo
millones de vidas«.
«Inversiones óptimas» para reducir mortalidad
El informe de la OMS proporciona datos de referencia para el seguimiento de la aplicación del Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020 destinado a reducir el número de defunciones prematuras por esas enfermedades en un 25% para 2025.El Plan de acción presenta nueve metas mundiales voluntarias que abordan los factores de riesgo de ENT, en particular el consumo de tabaco, el consumo de sal, la inactividad física, la hipertensión y el consumo nocivo de alcohol.
«Disponemos de los conocimientos y recursos necesarios para alcanzar las nueve metas relativas a la ENT en 2025«, dice el Dr. Oleg Chestnov, Subdirector General de la OMS para Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental. «Sería inaceptable que no se alcanzaran esas metas. Si perdemos esta oportunidad para establecer metas nacionales en 2015 y trabajar con el fin de cumplir nuestras promesas en 2025, habremos fracasado en la lucha contra uno de los principales problemas para el desarrollo en el siglo XXI«.
El informe describe «inversiones óptimas«, o con un buen costo beneficio, en intervenciones recomendadas por la OMS, incluidas la prohibición de todas las formas de publicidad del tabaco, la sustitución de las grasas trans por grasas poliinsaturadas, la limitación o prohibición de la publicidad del alcohol, la prevención de los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares, la promoción de la lactancia materna y la prevención del cáncer cervicouterino mediante la realización de pruebas de detección. Muchos países ya han conseguido aplicar estas intervenciones para alcanzar las metas mundiales.
Ejemplos de «inversiones óptimas» fructíferas a escala regional y nacional presentadas en el informe:
- Turquía fue el primer país en aplicar todas las medidas sobre «inversiones óptimas» con miras a reducir el consumo de tabaco. En 2012 el país aumentó el tamaño de las advertencias sanitarias en las etiquetas para que cubriesen el 65% de la superficie total de cada producto de tabaco. En la actualidad, los impuestos a esos productos representan hasta el 80% del precio total de venta al público y están totalmente prohibidas las actividades de publicidad, promoción y patrocinio en todo el país. En consecuencia, entre 2008 y 2012 las tasas de consumo de tabaco en Turquía registraron una disminución relativa del 13,4%.
- Hungría aprobó una ley en virtud de la cual se gravan los ingredientes de alimentos y bebidas que entrañen un alto riesgo para la salud, por ejemplo, azúcar, sal y cafeína. Un año después, el 40% de los fabricantes cambiaron la composición de sus productos a fin de reducir los ingredientes gravables; las ventas bajaron un 27% y el público consumió un 25-35% menos de esos productos.
- Argentina, Brasil, Canadá, Chile y los Estados Unidos han fomentado la reducción de sal en los alimentos envasados y el pan. La Argentina ya ha conseguido reducir en un 25% el contenido de sal en el pan.
A través de sus actividades sobre el terreno en más de 150 países, la OMS contribuye a desarrollar e intercambiar soluciones de «inversiones óptimas» con miras a aplicarlas más ampliamente. Además, la OMS ayuda a los países a comprender los factores ajenos al sector sanitario que influyen en las ENT, tales como las políticas públicas agrícolas, la educación, la producción de alimentos, el comercio, la tributación y el desarrollo urbano.
Logro de metas mundiales
Si bien algunos países están progresando hacia el logro de las metas mundiales relativas a las ENT, la mayoría de ellos están rezagados para alcanzarlas en 2025. A pesar de que 167 países tienen unidades operacionales para ENT en sus ministerios de salud, los progresos concernientes a otros indicadores han sido lentos, en particular en los países de ingresos bajos y medianos.
Hasta diciembre de 2013 [1]:
- 70 países tenían al menos un plan nacional operacional relativo a ENT armonizado con el Plan de acción mundial para la prevención y el control de las ENT.
- 56 países tenían un plan para reducir la inactividad física.
- 60 países tenían planes nacionales para reducir las dietas malsanas.
- 69 países tenían un plan para reducir la carga de morbilidad derivada del consumo de tabaco.
- 66 países tenían un plan para reducir el consumo nocivo de alcohol.
- 42 países tenían sistemas de seguimiento para informar sobre las nueve metas mundiales.
Las ENT dificultan los esfuerzos destinados a aliviar la pobreza y ponen en peligro el logro de los objetivos internacionales de desarrollo. Cuando las personas enferman y mueren en la plenitud de sus vidas, la productividad se resiente. Además, los gastos de tratamiento de las enfermedades pueden ser devastadores, tanto para las personas como para los sistemas nacionales de salud.
Según estimaciones, en condiciones de «normalidad«, entre 2011 y 2025 las pérdidas económicas acumuladas debidas a las ENT en los países de ingresos bajos y medianos ascenderán a US$7 billones (un millón de billones, la unidad seguida de 18 ceros). La OMS estima que el costo de reducir la carga mundial de las ENT es de US$ 11 200 millones por año, o sea, una inversión anual de US$ 1-3 per cápita.
Las altas tasas de defunción y morbilidad, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos son un reflejo de la inversión insuficiente en intervenciones costoeficaces relacionadas con las ENT. La OMS recomienda que, a partir de 2015, todos los países pasen del compromiso a la acción mediante el establecimiento de metas nacionales y la aplicación de intervenciones que supongan «inversiones óptimas«.
Referencias
- GLOBAL STATUS REPORT on noncommunicable diseases 2014 http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/148114/1/9789241564854_eng.pdf?ua=1