Pruebas de saliva

El interés científico para utilizar la saliva como un medio de diagnóstico, se ha incrementado en la última década, debido a la facilidad para obtenerla del paciente y que en esto no hay una aplicación agresiva o invasiva para obtener la muestra.

También los costos para las tomas de muestras de saliva son accesibles, y en general no se considera que los materiales para obtenerlas sean complejos o se requiera de alta calificación en el personal que las tome, o que su transporte y almacenaje requiera de costosas tecnologías.

Sin embargo, entre las mayores desventajas que presentan estas muestras para un diagnóstico oportuno y certero, radica en la detección cuantitativa de analitos (componentes que se buscan analizar) de cada muestra, debido a que al contrario de otros fluidos corporales como la sangre, en la saliva están presentes concentraciones menores a las que se requiere para una muestra ordinaria de laboratorio.

Con todo, de acuerdo al Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, el desarrollo de nuevas tecnologías con alta sensibilidad permite realizar las detecciones y cuantificaciones necesarias del analito de interés aún en concentraciones menores, por lo que al día de hoy las muestras biológicas de saliva se pueden utilizar en el diagnóstico de enfermedades o tratamientos médicos.

Todo esto depende de la disponibilidad de procedimientos y tecnología de alta calidad en soluciones prácticas, consideró la investigadora Alba Tapia, de Laboratorios Silanes, “pues esto radica en la efectividad para medir diversos y numerosos analitos en concentraciones fisiológicas dentro de una muestra biológica ultra compleja, como es el caso de la saliva”, dijo.

“Entendemos que el estudio de la saliva como los análisis basados en otras muestras, persiguen dos objetivos fundamentales: identificar individuos con alteraciones fisiológicas y seguir el progreso de la afectación al paciente bajo un tratamiento”.

A la fecha se cuenta con evidencias de efectividad en análisis de saliva en pacientes con enfermedades como VIH/Sida, varios tipos de cáncer como el de cuello, diabetes, alteraciones en la cavidad oral tales como enfermedad peridontal o caries, artritis y enfermedad coronaria, entre otras.