Para sano corazón tener, correcta hidratación debes mantener

Para cuidar nuestro corazón, un buen principio es estar correctamente hidratados, pero, ¿cómo lograrlo?. El Dr. Arturo Torres y Gutiérrez Rubio, nos informa y aconseja al respecto.

Agua suspendida en el aire con forma de un corazón
Cuando se habla de “hidratación” y es un tema muy cotidiano, se tiende de hecho a comentar más
sobre deshidratación, lo que resulta curioso de varias maneras.
Jamás debemos esperarnos a tener sed para ingerir líquidos, pues ya estamos deshidratados, nos subraya el Dr. Arturo Torres y Gutiérrez Rubio, Especialista en Medicina Interna y Profesor, Diplomado en Farmacología Clínica Departamento de Farmacología, Facultad de Medicina, UNAM.

La correcta hidratación para mantener un corazón sano

Cuando se habla de “hidratación” y es un tema muy cotidiano, se tiende de hecho a comentar más sobre deshidratación, lo que resulta curioso de varias maneras.

Muchas veces los pacientes nos preguntan cómo saber si están bien hidratados o no. La respuesta es fácil, consiste en observar la primera orina de la mañana. Normalmente, esta debe ser abundante y clara, prácticamente transparente. Sin embargo, en muchos casos, por no decir la mayoría, sucede lo contrario, la pipí se observa escasa, amarilla de tonalidad oscura e incluso con un olor penetrante. Si esto último es el caso, la persona está deshidratada, afirma el Dr. Arturo Torres.

Es importante lo anterior, pues en general tendemos a sobrevalorar nuestra ingestión de líquidos.

Nos explica que la recomendación de ingestión diaria de líquidos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán para adultos sanos es de 3 litros (L) para las mujeres y de 3.750 L en el caso de los hombres. Hay que resaltar que para alcanzar estas cantidades cuenta todo:

  • agua
  • te
  • café
  • leche
  • jugo
  • refresco y cualquier otro líquido
  • sopas
  • alimentos caldosos
  • fruta

Es importante, pues nuestro estado de hidratación está relacionado con nuestra salud. Por ejemplo, se ha asociado la hidratación inadecuada con deterioro de la salud mental, física y emocional. Puede afectarse el desempeño tanto en tareas que requieren de atención como de destreza psicomotora y memoria inmediata.

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Cuando se restringe la ingestión de líquidos induciendo déficits tan pequeños como 1.3% al 1.5% del peso corporal, se ha mostrado declive del estado de alerta y de la capacidad para concentrarse, mientras que aumentan progresivamente tanto el cansancio como el dolor de cabeza.

Hay que aclarar que para que sintamos sed se requiere haber perdido el 2% del peso; es decir, lo anterior se presenta mucho antes de que siquiera se perciba sed.

También se han asociado con una hidratación inadecuada estado de ánimo, función anormal de los riñones y estreñimiento.

Por si esto no fuera suficiente, comparados con individuos adecuadamente hidratados, la probabilidad de ser obeso es 60% mayor en individuos deshidratados. Es decir, la hidratación se relaciona directamente con el peso corporal y este está íntimamente ligado con salud o enfermedad, pues el exceso del mismo es factor de riesgo para diabetes, presión arterial elevada y trastornos de las grasas (colesterol y triglicéridos) en sangre, que afectan en forma directa al corazón.

Por otro lado, las señales de hambre y sed pueden ser confusas, por lo que muchas veces comemos en lugar de beber, lo cual puede contribuir a la ganancia excesiva de peso.

Por lo tanto, lo ideal es que consumamos líquidos a lo largo del día, tarde y noche (mientras estemos despiertos) a traguitos, de manera intermitente pero frecuente.

Cuando un bebé tiene diarrea y se deshidrata, no se le pone la bebida de rehidratación (“suero oral”) en el biberón y se le ofrece; lo que en realidad se lleva al cabo y ha salvado infinidad de vidas, es ofrecerle pequeños tragos de la solución de rehidratación oral (que contiene la combinación exacta de sodio y glucosa) en forma de cucharaditas o mediante chorritos en la boca provenientes de una jeringa sin aguja. Al final del día, la rehidratación consiste en pequeñas tomas intermitentes con frecuencia, no grandes volúmenes en poco tiempo.

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Para la vida diaria, esto se traduce en buscar qué líquido(s) nos agrada(n) al paladar (muchas personas encuentran lo insípido del agua simple potable, desagradable) y consumirlo(s) a lo largo de nuestro día, a pequeños tragos, pero frecuentemente.

Nos afirma que hay personas que creen sin fundamento que el agua es lo único que hidrata y esto, es un error. Absolutamente TODOS los líquidos hidratan.

De hecho, cuando ya se encuentra cierto grado de deshidratación, el agua simple no es buena opción, pues una vez ingerida, se absorbe a nivel intestinal, pasa a la sangre, se filtra en el riñón y se deshecha en la orina.

Para rehidratar a un sujeto, es requisito sine qua non -condición sin la cual no- que el líquido a utilizar contenga cierta cantidad de sodio (sal) y azúcar. De esta forma, se absorberá con mayores avidez y velocidad en el intestino pasando a sangre más rápido, se filtra en el riñón, pero se reabsorbe hacia la sangre precisamente por su contenido de sodio y glucosa, expandiendo el volumen de la persona; es decir, rehidratándolo.

Esto se aprendió cuando morían muchísimos menores de edad a consecuencia de enfermedades diarreicas hasta que se investigó y se halló que se perdían 90 partes de sodio (mili-equivalentes, mEq) por litro de heces, en niños con cólera. Se calculó cuánta glucosa se requería y a partir de entonces, se salvaron miles de vidas mediante la rehidratación oral. Luego se redujo la cantidad de sodio, pues afortunadamente no todas las diarreas son secretoras (como el cólera) y se introdujeron exitosamente las “soluciones de rehidratación oral de baja osmolaridad”, que contienen entre 45 y 75 mEq de sodio por litro.

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Así, cuando un paciente está deshidratado, debe utilizar bebidas que contengan sodio y glucosa, lo que, de paso, evitará que tenga que levantarse durante la noche a orinar, pues retendrá el líquido que consuma en su torrente sanguíneo.

Por lo que finalmente nos invita a festejar el Día Mundial del Corazón “tomado líquidos agradables a nuestro paladar, con o sin calorías, frecuentemente“.

Referencias

  1. Chang T, Ravi N, Plegue MA, et al. Ann Fam Med 2016;14:320-4.
  2. Popkin BM, D’Anci KE, Rosenberg IH. Nutr Rev 2010;68(8):439-58.
  3. Adan A. J Am Coll Nutr 2012;31(2):71-8.
  4. Maughan RJ. Eur J Clin Nutr 2003;57(Suppl 2):S19-23.
Imagen cortesía de choreograph



Escrito por

Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

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