Espacios infantiles saludables con feng shui

Dice Mónica Koppel, experta en Feng Shui, que la decoración de los espacios infantiles puede beneficiar la salud de los niños. En este generoso artículo, nos ofrece abundantes tips para la decoración de las recámaras y espacios de los más pequeños de la casa: nuestros niños. !Toma nota!

Feng Shui es el arte chino de diseño y acomodo de espacios interiores y exteriores para fluir en armonía con la naturaleza y la energía del planeta y el cosmos. Dentro de este milenario conocimiento existen diversas escuelas y puntos de vista, desde el tradicional,  hasta el contemporáneo,  y sus adaptaciones al tipo y forma de vida occidental.

Esta filosofía se convierte en una herramienta que se traduce en una forma y estilo de vida que nos integra a un todo que fluye basado en dos fuerzas opuestas y complementarias denominadas yin/yang. Ambas se dan vida y lugar una a la otra formando ciclos y rigiendo nuestra vida más de lo que nosotros mismos nos podemos imaginar.

Estas fuerzas interactuando, originan cinco energías fundamentales formadoras de todo lo existente en la naturaleza y que determinan en mucho, nuestra personalidad, comportamiento, actitudes y reacciones ante un entorno determinado.

En la actualidad, gran parte de la población mundial está mostrando interés por el Feng Shui y sus aplicaciones en el espacio vital, poco se ha escrito y hablado de su aplicación en el espacio y entorno infantil, así como sus beneficios con respecto a los mismos.

El ser humano reacciona a través de sus percepciones, aquello que lo rodea puede tener un efecto inconsciente tanto positivo como negativo, motivarlo, desgastarlo o incluso afectar la forma en que se relaciona con otros seres humanos.

Los niños son extremadamente sensibles a esta situación y sus manifestaciones ante esta influencia son inmediatas, he ahí la importancia de diseñar y crear espacios infantiles que motiven y despierten actitudes positivas desde la niñez.

Uno de los primeros aspectos para diseñar espacios infantiles es pensar en las necesidades de los niños, es decir, la altura de la cama debe ser una altura que el niño domine y en la que se sienta seguro.

Las camas muy altas y pegadas hacia las ventanas pueden provocar miedo e inseguridad en los niños. Iluminar las ventanas por fuera o poner cortinas de motivos infantiles evitarán la sensación de temor a la oscuridad, una altura de cama que puedan ellos subir y bajar con facilidad se reflejará en una sensación de seguridad y control de situaciones.

Para favorecer la concentración y decisión en los niños es importante que la cama tenga una cabecera, de preferencia de madera sólida y firme a la pared y a la cama. Un aspecto importante es que la cabecera descanse en un muro sólido y los pies se dirijan a otro muro sólido, evitar que la cabecera coincida con el muro del baño sobre todo si en esa pared del baño se encuentra el inodoro.

Este aspecto se puede reflejar en problemas de salud, pensamientos e ideas dispersos, falta de concentración e, incluso, actitudes de evasión.

La posición de los pies dirigidos a la puerta del baño o del closet tampoco es favorable, genera un flujo de energía que altera la energía del niño al dormir, provocando inestabilidad, inquietud, somnolencia y falta de descanso que se van a reflejar en actitudes de rebeldía, inestabilidad y enojo del niño.

En el diseño de espacios infantiles, aquello que rodea al niño tiene una fuerte influencia en sus actitudes y comportamiento así como en la manifestación exterior y social de sí mismo.

Es importante considerar lo que se tiene cerca de la cabeza del niño al dormir. Existen casos de diseños de recámaras en los que la cabecera está formada por un librero o juguetero; este detalle no es recomendable ya que puede generar en el niño actitudes obsesivas hacia el estudio, hacia la diversión, así como la constante presencia de enfermedades, sobre todo, de pulmones y vías respiratorias, provocadas por la falta de descanso, ya que al dormir la mente inconsciente del niño se encuentra ocupada en esos objetos que quedan detrás de la cabeza del niño. En este punto, es importante recomendar que sobre la cama del niño se evite colocar jugueteros, muebles para acomodar objetos u otra cama, como sucede en el caso de las literas.

Al dormir, el ser humano, está en su aspecto más vulnerable y de mayor influencia inconsciente del exterior donde se captan mensajes silenciosos que se graban en la mente y se reflejan en todo lo que realizamos de manera consciente.

Al dormir, nuestro cuerpo debe sentirse libre, sin opresiones ni delimitaciones; la presencia de objetos o de otra cama ( como una litera ) reduce la sensación de amplitud y espacio que buscamos para relajarnos y descansar.

De manera muy curiosa, la manifestación de que algo está alterando nuestro equilibrio y balance interior, es primeramente a través de actitudes y posteriormente de enfermedades.

¿Tu niño es berrinchudo, hiperactivo, inquieto, evasivo, grosero, rebelde, no se comunica fácilmente, tímido, inseguro o constantemente se enferma, ya sea del estómago o de las vías respiratorias, le duele constantemente la cabeza o se le dificulta poner atención y concentrarse en lo que realiza? La respuesta puede estar en su entorno, más específicamente: en su habitación.

¿Dónde se ubica la ventana en la habitación con respecto a la cama? Si la ventana queda muy cerca de la cama, el niño se puede llegar a sentir desprotegido, los seres humanos buscamos la sensación de seguridad y protección en los espacios donde estamos.

En este caso, el niño se puede manifestar miedoso y temeroso, inquieto y demasiado apegado a papá o mamá reflejándolo, incluso, en terrores nocturnos y pesadillas con constantes visitas a la cama de los padres durante la noche. Debemos retirar la cama de la ventana y poner luz por el exterior de la ventana, la mejor manera de que el niño aprenda a controlar el miedo es permitiéndole tener control visual de lo que está a su alrededor.

La ventana sobre la cabecera de la cama puede provocar una fuerte sensación de vacío creando en el niño una actitud de temor al fracaso e inseguridad, afectando su autoestima y la capacidad de decisión y elección por sí mismo para obtener lo que desea con la plena confianza en su propia capacidad física, mental y espiritual.

¿Qué altura tiene el techo de la habitación? Un techo muy alto promueve que la energía se quede flotando en la parte superior reflejándose en un niño muy idealista y soñador, en este caso, lo puedes solucionar colocando lámparas en el techo que iluminen hacia abajo, pueden ser rieles con spots dirigibles; promoverán una atmósfera más cálida y acogedora en la habitación; otra opción es colocar luz indirecta en las esquinas de la habitación; un techo muy bajo promueve que la energía se acumule en exceso reflejándose en un niño muy presionado y estresado, la solución: colocar lámparas de poste alto que iluminen hacia el techo, promoverá una atmósfera de mayor altura y libertad. Lo ideal es un techo de altura media.

¿La habitación tiene techo dos aguas? Evita ubicar la cama del niño debajo de la parte más baja del techo o debajo de una escalera, lo ideal es cambiar la cama hacia la parte alta del techo, esto beneficiará bastante al niño. Los libreros y los closets así como los jugueteros, los puedes ubicar en ésta parte baja del techo para aprovechar el espacio.

La posición ideal es una cama protegida por muros que domine la puerta de entrada a la habitación y alejada de la ventana, con poca iluminación nocturna que le permita al niño sentir la libertad de moverse en su espacio, aún durante la noche.

Un espacio entre la base de la cama y el piso es bastante adecuada. Las camas con base de cajón impiden el libre flujo de energía del niño a través de sus chakras manifestándose en malestares físicos posiblemente relacionados con el estómago.

Otro aspecto importante es el mantener aparatos eléctricos y enchufes eléctricos alejados de la cama del niño, esto con la finalidad de evadir un exceso de exposición a la energía electromagnética que emiten éstos y que provocan nerviosismo, alergias y enfermedades constantes.

Colocar muebles o cajones para guardar los juguetes y enseñar a los niños a mantener ordenado su espacio. El exceso de juguetes en una habitación puede provocar terrores nocturnos y pesadillas. Además de que el niño se sentirá vigilado constantemente y no se manifestará de manera libre y espontánea.

Una lamparita de seguridad en la habitación infantil permitirá al niño ver en la noche y levantarse con confianza al baño. Este detalle permitirá que el niño trabaje su aspecto personal de control sobre las situaciones y él por sí mismo decidirá cuando apagar la luz, despierta su capacidad de decisión y elección, aspecto que se reflejará en un niño decidido y seguro.

La parte de la casa que se ubica más alejada de la calle representa la parte yin de la casa. La energía yin se asocia con el descanso, la relajación y es ideal para ubicar las habitaciones.

Cada habitación corresponde a una actividad para realizar; las recámaras son para descansar y se debe establecer otra habitación para estudiar y ver televisión, lo ideal es ubicar estos espacios en la parte media de la casa con la finalidad de establecerlos entre el yin y el yang de la casa.

La energía yang de la casa se ubica al frente, cerca de la calle y es ideal para habitaciones sociales como áreas de juegos, sala y comedor. Es preferible que los niños realicen sus tareas y estudien en la mesa del comedor que en su recámara. Al diseñar recámaras-estudio entramos en la generación inconsciente de un espacio multifuncional que genera que el niño ubique lo necesario en su habitación, aspecto que se puede reflejar en un niño demasiado encerrado en sí mismo, poca comunicación con los padres y otros miembros de la familia. ¿La televisión está dentro de su habitación? Esto reafirma el concepto anterior, el niño se refugia en su pequeña cueva evadiendo el exterior y la relación con los demás.

En lo referente a los materiales en la decoración de espacios infantiles, lo más recomendable es emplear materiales naturales como pisos de madera y tapetes de lana o algodón.

• Edredones y sábanas de algodón y colores verdes o azules para fomentar creatividad en el niño; también, promueven el estudio y el crecimiento;
• De seda o lana así como colores rojos, naranjas y amarillos para favorecer la sociabilidad, comunicación y autoestima así como dinamismo.
• Los tonos térreos como mostaza y amarillos despiertan en el niño estabilidad, seguridad y precaución, son ideales en casos de niños inseguros e inestables. Las camas y muebles bajos de tamaño también contribuirán a generar esa sensación de solidez en los niños.
• El blanco representa orden y limpieza así como liderazgo, en situaciones de niños desordenados y excesivamente tímidos se convierte en una buena herramienta. Se sugiere evitar las pinturas y recubrimientos químicos en paredes ya que pueden dañar la salud de los infantes debido a que sus emanaciones o vaporizaciones pueden ser tóxicas.

En estos casos, es preferible invertir un poco más en la decoración de los espacios infantiles buscando un beneficio en el niño que se va a reflejar en su salud.

Con respecto al material de los muebles de la habitación de los niños el más recomendable es la madera, el uso de camas y muebles de metal atrae y amplifica el efecto electromagnético que generan los aparatos eléctricos, las antenas de televisión, los enchufes, los transformadores de luz y que dañan y bajan las defensas naturales de su cuerpo debilitando su energía física y facilitando la aparición de enfermedades.

Extracto del libro: El Gran Libro del Feng Shui de Mónica Koppel .Editorial Alamah.