Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 18 segundos
La propuesta de la CISS señala que el nuevo sistema de pensiones en México se debe regir bajo los valores de solidaridad, universalización y equidad. El sistema debe abarcar a todas las personas en el país — indistintamente de su condición laboral—, aceptar la realidad y capacidades de la economía mexicana, así como ser distributivo y progresivo.
Según detalla el documento, de no tomar medidas urgentes al respecto, la materialización del problema de las pensiones en México iniciaría en tres años. Para el 2022, se calcula que 90.000 personas podrán ejercer su derecho a la jubilación: la primera generación Afore.
Sin embargo, la gran mayoría recibirá una negativa, pues no cumplirán con el tiempo de cotización requerido y, por lo tanto, perderán su derecho a pensión. Estos mexicanos recibirán el ahorro acumulado en sus cuentas para el retiro, quedando sólo con la posibilidad de tener una pensión no contributiva.
De acuerdo a la propuesta del organismo internacional, el nuevo modelo deberá basarse en el beneficio definido con fuentes de financiamiento establecidas para evitar cualquier afectación a las finanzas, y la posibilidad de que las Afore participen administrando los recursos de los trabajadores de mayores ingresos. También se crea la Comisión Nacional de Pensiones (CONAPE), como órgano vigilante de la nueva ley general de los sistemas de pensiones en México, que procure la sana gestión de las pensiones en el país.
Para lograrlo el CISS, propone etiquetar fuentes de financiamiento que aseguren un monto determinado, tales como impuestos especiales adicionales a tabacaleras, bebidas saborizadas, banca múltiple, bebidas alcohólicas e impuestos al capital[.]