Buena inversión

Una de las preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento de nuestra vida es: ¿Por qué a pesar de mi esfuerzo, las cosas no me resultan? Sobre todo cuando trabajamos en nuestros proyectos, somos disciplinados, puntuales, responsables y constantes, incluso personas con buenos sentimientos, acomedidos, leales… etc. y no solo eso sino que aun ante un fracaso somos personas que tenemos la capacidad de levantarnos y volver a empezar. ¿Qué ocurre entonces?

Mujer sintiente sosteniendo una tabla con un mundo holograficoSiempre escuchamos que alguien que se comporta de esta forma debería tener buenos resultados en todos los aspectos de su vida, es como si hubiera una gran contradicción entre lo que hemos aprendido y lo que obtenemos.

En mi experiencia y sinceramente después de preguntármelo también, he llegado a una posible conclusión: “Estamos invirtiendo mal”. ¿A que me refiero? Bueno para ejemplificarlo es como si vendiéramos cobertores en una playa, créeme podríamos ser constantes, los más madrugadores, anunciar lo que vendemos por los alrededores, pagar publicidad, hablar maravillas del producto…etc, ¿Pero lograríamos obtener el éxito que esperamos, a pesar de nuestro esfuerzo? ¿Sería casi imposible no crees? Una de las primeras conclusiones a las que llegue es: que no siempre lo que esperamos va a llegar por el camino que insistimos en seguir, por mucho esfuerzo y dedicación que le pongamos y no porque no sea la forma adecuada de hacer las cosas, sino porque tenemos que cambiar el objetivo o el producto, tenemos que arriesgarnos a experimentar algo diferente y reconocer que no podemos seguir aferrados a una idea en particular, hay que hacer un alto y abrir nuestra mente a otras posibilidades, de no ser así seguramente seguiremos invirtiendo mal.

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Lo mismo nos ocurre cuando estamos centrados fijamente teniendo expectativas particulares en nuestras relaciones personales sean estas de cualquier índole, no importa nuestra voluntad, amor, comprensión, lealtad… etc., el hecho es que a pesar de nuestro desgaste emocional, físico, espiritual e incluso económico, tenemos que reconocer que en algunas ocasiones estamos haciendo una mala inversión. Con esto no me refiero a que estemos aferrados sin ningún sentido porque para nosotros si tiene sentido, a lo que me refiero en otras palabras es que: no es que seamos personas necias que veamos claramente que algo no van a funcionar y aun así insistamos , porque esto no es así, la realidad es que nuestros intentos están llenos de fe, creemos firmemente que con más esfuerzo lo vamos a lograr, tenemos nuestro objetivo fijo y soñamos que esta vez si va a resultar. Sin embargo sería bueno preguntarnos: ¿No han sido ya suficientes intentos? Otra pregunta interesante sería: ¿Esta inversión en emociones, tiempo y dinero, que me está retribuyendo? ¿Este proceso, junto con los anteriores los he disfrutado o me han angustiado y lo he sufrido?

Otra conclusión a la que he llegado: es que a veces la vida nos muestra el camino, cuando nos enseña que con nuestras circunstancias adversas las cosas no funcionan, por lo tanto no es renunciar a nuestros sueños lo que tenemos que aprender, sino sustituirlos por otros equivalentes y posibles y esto no es conformarnos ,sino muy al contrario dar paso a una nueva etapa donde podamos disfrutar de momentos que nos generemos , para sentirnos orgullosos de nuestros resultados y no aumentemos nuestros sentimientos de frustración ,sino los sentimientos de aceptación y armonía entre lo que hacemos y lo que obtenemos de nuestra vida.

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Recuerda que el tiempo es oro y solo tenemos una vida, nosotros somos nuestros mayores generadores de momentos buenos y malos y al final la pregunta más inteligente que nos debemos hacer constantemente es: ¿Qué me acerca más a mi bienestar?

Empecemos a invertir de la mejor manera, seamos productivos en nuestras salud mental, emocional, espiritual y física, produciéndonos menos angustia y mayores logros, reconozcamos en nosotros ese inversionista capaz de innovar, con visión que nos conduzca hacia nuestra felicidad y abramos nuestra mente hacia esa gama de posibilidades que podemos ver si se nos quita la venda de los ojos, que esta impuesta por el miedo a buscar un camino diferente.

Renuévate, se un visionario de tu vida.

Imagen cortesía de mirexonlife



Escrito por

La mujer que escribe desde el corazòn


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