Reflexología

Durante siglos, los médicos y curanderos asiáticos han usado el masaje del pie como auxiliar de enfermedades. En occidente, esta disciplina ha sido llamada “Terapia de zonas” y más recientemente “reflexología” .

Existen muchas teorías. Una de las que se propone con mayor frecuencia hace responsable al sistema nervioso : los numerosos nervios que van del pie al resto del cuerpo pueden causar una acción refleja en una zona determinada del organismo que, al estimular la circulación, mejora la nutrición y la eliminación de desecho en esa zona.

La reflexología se basa en la teoría de que la presión sobre zonas específicas del pie, y también de la mano o la oreja, puede influir sobre órganos y sistemas internos y así facilitar la buena salud.

Un tratamiento de este tipo tiende a ser muy relajante: no sólo es un placer recibir un masaje en la planta de los pies, la estimulación de las terminaciones nerviosas del pie es también beneficiosa en sí misma y puede tener efectos sobre el resto del cuerpo.

Los pies se consideran como un espejo del organismo; cada uno representa la mitad del cuerpo situada de su mismo lado; las distintas zonas reflejadas en que se dividen las plantas corresponden a otros tantos órganos internos y externos; el dedo gordo representa la cabeza y los demás dedos los senos paranasales.

El principio es muy sencillo. Para cada órgano importante o zona muscular en el tronco o la cabeza existe una pequeña área correspondiente en uno o ambos pies. Para localizar y tratar un problema que afecte la parte superior del cuerpo, sencillamente se masajea la zona del pie con la que está conectada.

Existen varias técnicas sencillas que cualquier persona puede practicar en casa.

Si se tiene dificultad para manipular los pies, hay que tratar las zonas correspondientes de las manos o, mejor aún, pedir ayuda a otra persona. En este último caso, quien recibe el masaje debe hallarse cómodamente sentado o recostado, en una habitación tibia, tranquila y sin corrientes de aire. Quien da el tratamiento debe comenzar por un masaje general en los pies y concentrarse luego en aplicar presión en las zonas reflejas.