La obesidad en tu hijo no desaparecerá cuando “dé el estirón”

Sin duda alguna, uno de los temas que más nos preocupa es la obesidad, padecimiento que lamentablemente nuestro país encabeza en número de niños obesos  en el mundo.

Por lo general, el desarrollo de la obesidad es lento, y la causa de la ganancia de peso se relaciona con una desproporción entre la cantidad total de las calorías ingeridas y las que se gastan por la actividad física.

“En la actualidad, hay diversos factores que influyen de manera importante en la obesidad infantil“, señala el Médico Bariatra David Montalvo Castro, Presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, están por ejemplo, la inseguridad en las calles; la falta de espacios verdes y centros deportivos de libre acceso; la falta de una cultura de la práctica de deportes; la nula educación en nutrición que se imparte en las escuelas, entre otros.

En cuanto a la alimentación, el especialista comenta que la tendencia a la desaparición del desayuno  preparado en casa y del “lunch” que se llevaba a la escuela, así como la oferta de comestibles altos en carbohidratos, azucares y grasas en las tiendas escolares, son otros factores que incrementan la obesidad en los niños.

Asimismo Montalvo Castro critica el bombardeo de publicidad de golosinas de dudoso valor nutritivo y el arraigo de los hábitos alimentarios de la familia que propician el consumo excesivo de alimentos con muy alto contenido de carbohidratos y grasas y su bajo contenido de proteínas.

Consecuencias físicas y psicológicas de la obesidad

De acuerdo con el médico, las principales consecuencias de la obesidad son de dos tipos:

Psicológico, que incluyen baja autoestima, bajo rendimiento escolar, alteración de la autoimagen y rechazo social. y las físicas, que implican un aumento del riesgo de desarrollar otras enfermedades como aumento de la presión arterial (hipertensión) y de los niveles de colesterol y otras grasas en sangre, niveles elevados de glucosa y de insulina que suelen conducir a la diabetes mellitus, problemas respiratorios y ortopédicos -como pie plano y lesión de articulaciones-, mayor probabilidad de desarrollar algunos tipos de cáncer, problemas de la piel como estrías, micropene en los varones, quistes en los ovarios en el caso femenino, entre otros. Advierte que a menor edad del niño obeso, mayor es el riesgo de desarrollar las complicaciones mencionadas.

El especialista afirma que podemos prevenir la obesidad modificando hábitos que perjudican la salud de los niños ya que su rutina diaria los hace susceptibles a la obesidad.

Actualmente los niños pasan en promedio

• 6 horas diarias en la escuela;
• 2 horas en transportación casa-escuela y viceversa;
• 8 horas en casa, de las cuales, de 2 a 4 horas está frente al televisor.

El especialista asevera que un niño obeso es un niño enfermo. Y es claro al resaltar que no se debe permitir que evolucione con la ilusión y la esperanza de que se curará él solo cuando crezca o cuando “dé el estirón”. El niño obeso crecerá como un adolescente obeso, puntualiza.