Sólo soy feliz cuando llueve

Muchas de las emociones negativas que experimentamos son tóxicas y llegan a dañar al cuerpo.
[/media-credit] Existen emociones “tóxicas” que afectan nuestra salud mental; y si no se tratan debidamente, también afectan nuestra vida.

Escrito por Barbrha Ibáñez V.

Especialista explica que existen diferentes clasificaciones para las emociones, según el autor y la perspectiva, pero entre las que pueden considerarse tóxicas o negativas se encuentran la tristeza, angustia, ansiedad, melancolía, temor, insatisfacción, enojo, entre otras.
Así comienza una canción de la banda escocesa Garbage. “Sabes que me encanta cuando la noticia es mala, ¿por qué se siente tan bien sentirse tan triste?”, continúa la letra. Pareciera un himno “emo”, pero es la realidad para quienes tienden a engancharse de las llamadas emociones negativas o tóxicas.

Blanca Retana, adscrita al Departamento de Investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que existen diferentes clasificaciones para las emociones, según el autor y la perspectiva, pero entre las que pueden considerarse tóxicas o negativas se encuentran la tristeza, angustia, ansiedad, melancolía, temor, insatisfacción, enojo, entre otras.

Algunos estudios aseguran que dichas emociones afectan el sistema inmunológico y están ligadas a la aparición de cáncer, depresión, enfermedades mentales, infertilidad, violencia, abuso de sustancias y obsesiones. También pueden afectar al organismo a través de síntomas como el acné, pérdida o aumento de peso, pérdida del cabello o gripes constantes.

De acuerdo con la maestra Retana, es la forma de abordar ciertas emociones lo que puede considerarse tóxico. “Sentir tristeza, ira o decepción no es en sí negativo, sino el manejo que se le da a esa emoción. La historia de vida y la personalidad determinan cómo reaccionamos y si nos enganchamos o no”, indica.

 

¿Adictos a la lluvia?

¿Es posible generar adicción a estas emociones negativas? La maestra afirma que sí. “No proporcionan placer a nivel consciente, pero producen un estado alterado en el que el cerebro genera mecanismos y sustancias que provocan bienestar”.

Te recomendamos:  Ley General para la Atención y Protección a Personas con la condición del Espectro Autista, aprobada por el Senado

Las personas se pueden enganchar también porque han conseguido algo con ello. “Si demostrando tristeza las personas me apoyaron y conseguí ciertos beneficios, aprendo que ése es el camino fácil”, asegura.

 

Un mecanismo común es el pensamiento intrusivo. “Éstos te invaden y paralizan. Existen en la mente y nunca los digerimos. Si lo hacemos, hay algo en el ambiente que nos lo recuerda”, señala la maestra.

El pensamiento intrusivo viene acompañado de una conducta irreparable: el individuo siente necesidad de realizar determinada acción, por ejemplo, quienes comen helado cuando están tristes.

Los adictos a estos sentimientos buscan estímulos que los remitan a tales emociones. Así, con un día nublado, una calle, una canción, recuerdan un rompimiento, una pérdida o un mal momento. “Les provoca la emoción como si les pasara por primera vez”, advierte Blanca Retana.

¿Cómo saber si estamos en esa situación? La maestra recomienda hacerlo consciente. “Tiene que ser un proceso interno y hay que querer salir adelante. No es nada más darse cuenta, sino actuar al respecto”, enfatiza.

Identifiuemos las emociones tóxicas.
[/media-credit] La tristeza, angustia, ansiedad y depresión son ejemplos de las emociones “tóxicas”

Buscar el paraguas

Para liberarse de emociones negativas, la maestra recomienda hacer un autoanálisis. “Hay que ser honestos para identificar si estas emociones se sienten frecuentemente, reflexionar y reconocer que existe un problema, primer paso para salir de cualquier adicción. Si se trata de algo más profundo, buscar ayuda profesional”.

Algunas recomendaciones:

– Relajación: tomarse un momento para respirar. Imagina que esa emoción se va en una nube o en un barco por el mar. Hazla desaparecer con un movimiento, como aplaudir, tocar algo o decir tu propia palabra mágica.

Te recomendamos:  Durante el invierno, cuidemos a nuestros adultos mayores del COVID-19

– Desahogo: expresa cualquier sentimiento de incomodidad, siempre con respeto, tranquilidad y consideración.

Bernardo Stamateas, psicólogo y terapeuta familiar, sugiere en su libro “Emociones tóxicas” aprender a administrar los recuerdos con sabiduría; redescubrir nuestros aspectos desconocidos;  reconocer que no podemos tener el control de todo y  tener buena disposición.

Una buena actitud marca la diferencia en cualquier circunstancia. Todos los problemas tienen solución y representan una oportunidad de aprender. En nosotros está el poder de valorar lo positivo y de sanar. Si lo logramos, seremos capaces de generar nuestro propio bienestar, que es mucho más adictivo.

 

Para leer

Ecuaciones Emocionales

Chip Conley

Ediciones B

 

Colaboración de Fundación Teletón México.

“La autoestima es la fuerza de tu voz”.

Bojorge[arroba]teleton[punto]org[punto]mx

Imágenes cortesía de sborisov y lanakhvorostova



Escrito por

Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

Etiquetas , , , ,

Temas relacionados